Capitulo 3

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Felicidades señor Kim.


Con paso apresurado y en una especie de carrera por la vida, Taehyung recorría rápidamente la acera de aquel vecindario que lo había visto crecer, tanto a él como a su familia.

Miraba en todas direcciones, ansioso por no encontrarse con nadie conocido que pudiera reconocerlo, pues no quería imaginar la expresión que podrían poner algunos de sus vecinos si lo vieran caminar de manera extraña, como si llevase algo entre los pantalones que le obligaba a apretar las piernas y a cojear un poco.

Al llegar al final de la calle, por fin pudo ver la puerta de color verde que había tocado innumerables veces en el pasado para buscar a su mejor amigo y fiel compañero de aventuras, Jimin, quien siempre lo respaldaba y lo seguía en todas las locuras que se le ocurrían a su brillante cabeza.

Subió los escalones que conducían a la imponente puerta de la casa Park y, rodeándola por un costado, logró llegar hasta la ventana que daba a la habitación de su buen amigo. Dio unos suaves golpecitos en ella, esperando y rogándole al cielo que Jimin no hubiera usado esos ridículos tapones para los oídos que lo aislaban por completo del ruido y lo desconectaban del mundo.

Esperó un momento y, acercándose más a la superficie de vidrio, intentó ver hacia adentro a través de las gruesas cortinas sin éxito alguno. Decidió tomar un poco más de riesgo y golpeó la ventana de manera más fuerte e insistente, rezando a todos los santos que recordaba para que su amigo se apurara y le dejara entrar antes de que alguien lo viera o los señores Park se despertaran.

—Vamos, Mimi, ábreme rápido —continuó golpeando—. Mimi...

Todo continuó en silencio.

«Maldición, Park Jimin, qué buen día escogiste para desconectarte del mundo».

Mientras Tae seguía tocando la ventana y murmurando en voz baja el nombre de su amigo, no se percató de que alguien lo observaba desde atrás, con el ceño fruncido y una expresión poco amigable.

—Disculpe —dijo aquel extraño tocándole el hombro—. ¿Se puede saber qué haces tocando mi ventana tan temprano?

Taehyung pegó un brinco por el susto, girándose rápidamente y preparándose para golpear a quienquiera que se le hubiera acercado.

—¡Maldita sea, Jimin! ¿Por qué diablos te acercas así sin avisarme? —espetó enfadado al escuchar la carcajada que soltó la otra persona.

—Deberías haber visto tu cara, TaeTae —continuó riendo—. Ha sido lo mejor que he visto en lo que va del día.

—¿Sí? Pues a mí no me causa ninguna gracia. Pude haber tenido un infarto, Jimin —dijo mientras se llevaba una mano al pecho.

—No seas tan dramático, Taehyung. Apenas te toqué el hombro. Mejor quita esa expresión de espanto y dime dónde se supone que pasaste la noche y por qué no respondiste mis mensajes.

Ahora fue el turno de Jimin de poner una cara seria.

Taehyung llevó uno de sus brazos hacia la parte posterior de su cabeza mientras buscaba la mejor manera de contarle a su amigo todo lo que había sucedido en las últimas horas.

«Muy bien, Kim Taehyung, ha llegado el momento».

—¿Te parece si entramos y...?

—¿Hiciste algo malo, verdad?

—Bueno... depende de tu concepto de "hacer algo malo".

Jimin arqueó una ceja mientras lo miraba fijamente.

Entre Notas y Pañales || KookVOnde histórias criam vida. Descubra agora