Capitulo 5

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Dos años después.
[Este es el presente de la historia]

Reunión de emergencia.

Corriendo de un lado a otro de su cuarto, Taehyung sostenía el biberón de Dasom en una mano y un calcetín en la otra, moviéndose apresuradamente en un intento por llegar a su bebé mientras buscaba su otro zapato en medio del gran desorden que era su habitación en ese momento.

Con el mayor cuidado posible, se acercó a su cama sosteniendo al bebé de casi dos años, que yacía adormecido entre las almohadas que su papá Tae, colocaba alrededor para evitar que se cayera con algún movimiento brusco mientras dormía. Lo miró enternecido al ver cómo sus pequeños ojitos negros se cerraban poco a poco debido al sueño que se había apoderado de su pequeño cuerpecito tras la relajante ducha a la que fue sometido minutos antes.

Levantándolo con mucho cuidado de la cama, Tae le sonrió al ver cómo se removía entre sus brazos, tratando de encontrar una posición cómoda para finalmente quedarse dormido.

—Buenos días, bebé —habló Taehyung a su pequeño hijo, quien intentaba con todas sus fuerzas mantener sus ojitos abiertos—. Lo siento, corazón, sé que no te gusta levantarte temprano, pero hoy tenemos que ir al trabajo de papi. El tío Jimin tiene la presentación de su nueva colección y no podrá cuidarte.

Levantándose de la cama con su hijo en brazos, se dispuso a terminar de empacar la maleta del más pequeño con todo lo necesario para llevarlo consigo. Y es que, aunque no lo parezca, cuidar de un niño pequeño que ya sabe caminar y que además está en la etapa en la que le gusta explorar todo lo que ve, no es tarea fácil mantenerlo quieto o sentado en un solo lugar.

Anteriormente, cuando era más pequeño, no era complicado calmarlo o tenerlo en algún sitio, ya que bastaba con darle de comer y acostarlo en su moisés sobre alguna mesa para que tomara una siesta. Pero ahora, con la edad que tiene, eso es imposible.

—Hoy tendrás que portarte excelente, Dasom —continuó Taehyung con su charla, intentando que su joven hijo no se durmiera nuevamente.

Porque si algo había heredado Dasom de él, era esa gran facilidad para quedarse dormido en cualquier lugar y no despertarse bajo ninguna circunstancia.

—Papá intentará que el señor grandote no te vea, así que tendrás que quedarte quietecito mientras juegas con tus juguetes, ¿está bien? —lo miró mientras le hacía la pregunta, a lo que su hijo simplemente giró la cabeza y soltó un pequeño balbuceo—. Tomaré eso como un sí.

Y volviendo a su problema inicial, continuó la búsqueda de su zapato perdido en aquel mar de caos que le gustaba llamar habitación.

Horas más tarde, con un calzado diferente a lo que inicialmente planeó usar, Taehyung caminaba apresurado con su pequeño hijo dormido en sus brazos y dos grandes y pesadas maletas colgando de sus hombros.

Al llegar a su lugar de trabajo, con un inmenso dolor de espalda y la respiración agitada por todo el esfuerzo realizado en la maratón para llegar a tiempo, Taehyung pudo finalmente descargar sus maletas mientras su compañera y amiga Heejin tomaba a su pequeño hijo, dándole un respiro a su cansado cuerpo.

—No me dijiste que lo traerías hoy —dijo Heejin mientras mecía de un lado a otro el pequeño cuerpo de Dasom.

—Es que no planeaba hacerlo -respondió Tae mientras guardaba sus cosas dentro de un cajón, asegurándose de dejar lo más importante afuera para evitar tener que sacar cosas durante su horario laboral—. Solo que Jimin tuvo que presentar su trabajo final de la universidad hoy y no tuvo tiempo de avisarme hasta ayer en la noche.

Entre Notas y Pañales || KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora