"Esto te traerá problemas, Jungkook, muchos problemas", advirtió con preocupación.
"El riesgo valdrá la pena si eso significa que puedo tenerlos a mi lado", respondió Jungkook decidido.
Taehyung, un joven admirador de la música, y Jungkook, un famos...
Un tranquilo atardecer de otoño pintaba hermosamente el vasto cielo de la gran Seúl; una brisa fresca y los primeros vistazos de hojas secas eran la vista perfecta de una ciudad que comenzaba a teñirse de agradables tonos naranjas.
Jungkook, quien se encontraba sumido en profundos pensamientos mientras miraba por la ventana de su apartamento, disfrutaba observar cómo las diminutas personas a sus ojos caminaban tranquilamente sin preocuparse por nada.
Parejas tomadas de la mano, niños con sus padres, adolescentes con sus amigos e incluso personas solitarias pasaban todo el tiempo sin detenerse, y él no podía evitar imaginarse a sí mismo como una de esas personas.
Sin tantos problemas, sin tantas preocupaciones, sin tanto dolor...
Caminó de regreso a la sala de estar, donde aún se podía oír el bajo murmullo proveniente de la televisión que continuaba encendida. Tomó asiento y, sin tener el mayor interés en lo que se reproducía en la gigantesca pantalla frente a él, agarró su teléfono con la única intención de revisar el último mensaje recibido. Y sonrió al verlo.
Kim Taehyung:
"Espero no interrumpir algo importante, pero vi esta foto en mi teléfono y no pude evitar pensar que quizás quieras tenerla."
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La noticia de que tenía un hijo había sacudido su mundo de una manera que nunca antes había experimentado. Desde el primer momento que lo vio, acurrucado contra el cuerpo de Taehyung y temblando cruelmente a causa del miedo que la situación le causaba; pero sin duda, lo más sorprendente de todo ese repentino encuentro fue escuchar su nombre y ver por primera vez en mucho tiempo esa pequeña carita. Todo parecía un sueño.
Supo tiempo después y con la dichosa prueba de paternidad entre sus manos que era hora de tomar decisiones importantes, y lo primero que pasó por su mente era reconocer legalmente a su hijo.
La idea de firmar esos documentos le llenaba de emoción y responsabilidad a partes iguales, aunque, por más que no quisiera admitirlo, sentía miedo. Siempre había sido un hombre dedicado a su carrera y a la música, pero ahora, su papel como padre estaba a punto de tomar un lugar central en su vida.
Y no pensaba permitir que nadie lo arruinara, no otra vez.
Divagando un poco entre tantas cosas que pasaban por su cabeza, seleccionó la foto recibida y sin dudarlo un segundo, presionó "Establecer como fondo" en su celular. Sonrió al ver la foto de su pequeño en la pantalla. Quería verlo siempre como un recordatorio de que era real, que era suyo y que nadie lo alejaría de su lado.
—Pronto solucionaré todo y estaremos bien —dijo en medio de la soledad que lo acompañaba—. Todo saldrá bien esta vez, ya no tendremos miedo.
Sonrió de nuevo, pensando en que así sería, iluso e inocente...
