F r e e n

1.5K 133 4
                                    

Me duché, me puse mi pijama de nuevo y preparé un desayuno riquísimo, o por lo menos eso parecía

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me duché, me puse mi pijama de nuevo y preparé un desayuno riquísimo, o por lo menos eso parecía. Toqué la puerta y después de esperar un poco, Freen salió, con una mano en la cabeza, probablemente por la resaca.

Dejé un beso en sus labios y me miró extrañada.

- Siéntate. Quiero hablar contigo. -dije y ambas lo hicimos.

La chica empezó a comer y al parecer le había gustado, sonreí por inercia. Era tan hermosa en cualquier ocasión.

- ¿De qué quieres hablar? -habló cortante, y con un poco de intriga.

- Estaba pensando en... -hice una pausa. ¿Era la manera correcta de pedirle matrimonio a una mujer tan espectacular como ella? En nuestra casa, en pijamas, mientras desayunabamos y ella tenía resaca. Pero no importaba, al carajo con todo, quería mejorar a su lado por la tormenta que estabamos pasando. - Deberíamos casarnos.

El silencio se hizo presente, seco, mientras estaba nerviosa.
Freen me miró a los ojos.

- ¿Qué?

Sonreí, definitivamente la había tomado por sorpresa.

- Dije que deberíamos casarnos. -repetí. - Sé que últimamente estuvimos peleando mucho y no fueron los mejores meses, de eso ambas somos conscientes, pero mi amor por tí no cambió ni un poco, de hecho cada día te amo más, cada cosa sobre tí me encanta. Por eso quiero que nos casemos, eso es lo que necesitamos para mejorar mutuamente.

Freen empezó a llorar, me quise convencer de que eran lágrimas de felicidad, al menos por un rato, pero evidentemente no era así.

- Perdón. -dijo.- Pero no he sido completamente fiel a tí, Rebecca. -habló entre sollozos, con la culpa atormentando su ser. - Ya no... -antes de terminar la frase se levantó de la mesa y se dirigió a la habitación.

Miraba la escena con demasiada tristeza, Freen de manera desesperada agarraba su ropa y la arrojaba en la valija.

- Necesito una explicación de todo esto. -dije confundida al borde del llanto.

La chica se sentó en la cama y secó sus lágrimas.

- Quiero que terminemos. -habló finalmente.

- ¿Por qué? -no aguanté el llanto.

- No creo que quieras saber. -su frustración era evidente, al igual que su llanto que cada vez era más fuerte.

- ¡Dime de una maldita vez! -grité. Jamás le había gritado, pero esta situación era una mierda.

- Ya no sueño con una vida a tu lado, Rebecca. -suspiró. - Ya no sueño con amarte para siempre, ya no anhelo hacer realidad el cuento de hadas que nos habíamos prometido, ya no quiero ser la mujer en la que confíes plenamente, a la que le cuentes tus miedos, tus planes, tus tristezas, ya no quiero ser la mujer a la que le cuentes tus días malos, a la que le prometas ser tu mejor versión, a la que le demuestres todo tu amor, a la que mires con tanta adoración y cariño, la mujer de la que esperas todo, tanto lo bueno y lo malo. -se acercó a mi, ambas con los ojos llorosos.- Ya no quiero ser tu mujer, porque ya no te amo.

Me quedé helada ante sus palabras, ni siquiera podía llorar o enojarme. Sólo podía preguntarme... ¿Por qué ya no soy yo la mujer por la que suspiras tontamente?

Away © FreenBecky #1Where stories live. Discover now