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Inmediatamente cuando leí el mensaje pude suponer quién era. Lo dejé en visto por unas horas; si se trataba de ella no quería responder, aunque me daba curiosidad el hecho de pensar que me extrañaba y que estaba al pendiente mío.
No podía negar que mi cabeza me jugó una mala pasada y me puse un poco triste por Giulia, olvidando por completo que por su culpa mi casi-matrimonio fue arruinado.
Y me enojaba. Freen estaba siendo inmadura, ¿Cómo es que se atreve a preguntar por la foto de Maxine, Sophie y yo siendo quién me había dejado de una manera tan cruel?
Quería odiarla, pero no podía. Yo no era así.
"¿Quién eres?" Me animé a escribir y envié el mensaje, que fue leído casi al instante.
El "número desconocido" contestó luego de unos minutos de haber leído aquel mensaje.
"Necesito saber quién es la mujer de la foto"
Entonces no me quedó duda alguna. Era Freen.
"¿Realmente quieres saber? por favor, no me busques ni me llames"
Suspiré y me sentí como si Freen había dejado de ser un recuerdo y se había inmutado en mi vida nuevamente. Quería dejarla atrás, pero ella no colaboraba; ella tenía tanto poder en mí que tan sólo con una pregunta generó miles de sentimientos en todo mi cuerpo.
Maxine entró a la habitación y se recostó en la cama, haciendo una seña para que me acostara con ella.
- ¿Sucede algo? -preguntó mientras acariciaba mi cabello.- Tienes la piel de gallina.
- No, tranquila, estoy bien. -le entregué mi mejor sonrisa.
Abracé a Maxine y la coloqué en mi pecho, mi rostro se puso serio de nuevo.
Me sentía tonta, Freen me hacía sentir tonta.
Odiaba todo lo que generaba en mí luego de haber sido tan cruel. Y también me odiaba a mi por seguir permitiendo eso.
Amaba a Maxine, y no quería decepcionarla o lastimarla, sabía lo horrible que eran esos sentimientos provocados por alguien que supuestamente te ama. Por eso y más trataba de olvidar a Freen; y lo haría.
