A l o n e

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Había pasado más de un año desde que dejé del una manera tan cruel a Rebecca

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Había pasado más de un año desde que dejé del una manera tan cruel a Rebecca. Y carajo, sí que la extrañaba muchísimo.

Terminé con Giulia luego de la fuerte discusión que tuvimos, en la que me hizo abrir mis ojos y pensar desde mis sentimientos.

Me mudé y traté de empezar mi vida de nuevo, tratando de enfocarme en mi trabajo y en mí, pero era imposible, no paraba de pensar en Rebecca, en lo mucho que me amaba, y en Giulia, persona a la que lastimé por mi inmadurez.

- La empresa está cayendo poco a poco, Jefa, tendremos que reducir el personal... ¿Me está escuchando? -mi asistente, Anne, habló.

- Disculpa, ¿podrías repetir lo que dijiste? -dije, ahora sí prestando atención a Anne.

-  Decía que tenemos que reducir el personal porque la empresa cada vez empeora más.

- Oh... de acuerdo, encárgate de eso. -respondí indiferente.

Anne me miró extrañada, pues cualquier persona en mi lugar haría un escándalo y se preocuparía. Pero estaba muy perdida en mis pensamientos y no podía controlar eso.

De hecho, no podía controlar nada en mi vida.

Salí de mi oficina y me dirigí a mi departamento, el cuál desde el principio se había sentido desolado y silencioso.
Marqué el número de mi tía unas cuántas veces hasta que por fin atendió.

- ¡Hola tía! -dije animada.- ¿Salimos a comer?

- Oh, lo siento Freen, hoy cenaremos en casa de la abuela.

Corté la llamada y me enojé, con ella y conmigo misma. Desde que mi familia se enteró de la manera tan cruel y la razón por la que dejé a Rebecca se han enojado conmigo, exceptuando a mi tía, quién me ha ayudado durante estos meses a descargarme y a ser una mejor persona.
Mordí la almohada para contener un grito mientras lamentaba lo tonta que había sido con mis decisiones.

Recordaba lo duro que fue que mi familia acepte a Rebecca, ya que lo convencional no era que dos mujeres sean pareja ni mucho menos esperaban eso de mí. Pero un día lo hicieron, y las cosas habían cambiado tanto que ahora, la razón de su enojo, era el haberla dejado.

Me recosté en mi cama y miré al techo. Un par de lágrimas se escaparon de mis ojos.

Estaba sola. Completamente sola.

Away © FreenBecky #1Where stories live. Discover now