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Envolví mi cuerpo desnudo con una sábana y le di la espalda a Giulia.
- Freen. -habló Giulia.- Abrázame.
Solté un quejido y entendió que no quería acurrucarme con ella. No pudo seguir insistiendo ya que estaba cansada y se durmió a los minutos, colocando su brazo en mi cintura.
Nuestra relación no era mala, pero tampoco era la mejor. Lo de nosotras era más bien era sólo sexo, manera en la que ella me muestra su supuesto amor, del que tengo tantas dudas pero no quiero quejarme con ella y parecer una mujer que no sabe lo que quiere.
Tomé mi celular y cómo se había hecho una costumbre desde hace unas semanas, me metí a las redes sociales de Rebecca, esperando a que haya subido una foto suya, sólo para saber cómo está. Grande fue mi sorpresa cuando vi que después de muchos meses, subió una foto. Un frío recorrió todo mi cuerpo y me quedé mirando la foto por un largo rato.
Entonces lo hice. Marqué aquel número que me sabía de memoria y agregué el contacto.
"¿Quién es la mujer de la foto?" Escribí y envié el mensaje sin pensarlo por segunda vez.
Pasaron unas horas y Rebecca ni siquiera abrió el mensaje.
Me di una ducha y me quedé viendo mi celular, esperando una respuesta de mi antiguo amor.
- ¿Qué miras tanto en ese celular? -dijo Giulia mientras entraba a la habitación.
- Nada. -respondí inmediatamente.
Giulia me miró con intriga y sospecha.
- ¿Tengamos una cita esta noche? -la abracé por la cintura pero ella quitó mis brazos.
- No puedo, salgo a beber con mis amigos.
Besó mis labios apasionadamente y buscó en su extenso placard algo para vestirse.
