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Era la tercera cita que tenía con Maxine. Y la adoraba. Es divertida, risueña y me trata muy bien.
Pero ella no es Freen.
En ocho meses no terminaba de superar una relación de cinco años, pero debía hacerlo. Sonia me animaba a conocer más a Maxine, y claro que quería hacerlo, es una mujer que me conviene y debo soltar el pasado. Cada vez ponía más esfuerzo en lo último.
- ¿Y Sophie? -pregunté por su hija mientras dejaba mi cartera en el sillón.
- Oh, está con la niñera. -contestó Maxine mientras preparaba las copas de vino. -Espera un momento, debo darte algo.
La chica se dirigió a su habitación y volvió con un sobre rosa, extendiéndolo a mis manos.
Lo abrí con curiosidad.
- Es una invitación para la fiesta de cumpleaños de Sophie. -habló con una sonrisa.
- ¡Muchas gracias! -dije contenta mientras abrazaba a Maxine.
- Falta un mes, pero a Sophie le emociona demasiado su cumpleaños, asi que tenemos que empezar los preparativos desde que ella lo ordena, porque sino se vuelve loca.
Soltamos una carcajada al unísono.
Tomé un poco de la copa que me había dado y me animé a hablar.
- Maxine, tengo que decirte algo.
- ¿Qué ocurre? -preguntó.
- Tal vez es algo repentino, y puede que te moleste. -hice una pausa y jugué con mis dedos.- Pero... quiero dar el siguiente paso, contigo.
Esto podía salir muy bien o muy mal, pero realmente debía comenzar mi vida de nuevo, dejar las inseguridades respecto a el amor y volver a amar a alguien. Y ese alguien era Maxine, jamás había estado tan segura de algo.
- ¿Estás segura? -inmediatamente se puso nerviosa.- Si quieres yo también quiero, pero llevemos las cosas de manera lenta, quiero que te sientas cómoda.
Abracé a Maxine y agradecí internamente lo comprensiva que era conmigo.
