Capítulo 8

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CAPÍTULO 8: RECONSILIACIÓN II

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Wen Ning estaba demasiado nervioso como para ser el primero en decir alguna palabra, desde hace varios minutos Huaisang lo ve enfadado, no estaba seguro de que le habia molestado pero aun así, trato de no hacerlo enfadar más pero al parecer no tuvo exito.

Huaisang lo tomo del brazo y lo acorralo contra la pared.

— ¿No diras nada? 

Wen Ning se sonrojo y negó.

Se dio cuenta y asintio tratando de remendar su error.

— Estas hermoso. — Huaisang suspiró y lo dejo ir.

¿Qué esperaba? ¿Qué le robara un beso y le dijera 'no vuelvas  a irte jamas'?

Eso sonaba muy descabellado, Wen Ning era demasiado timido como para hacer eso; y totalmente absurdo porque el alfa respetaba cada una de sus palabras.

En ningun momento se molesto en desobedecerlo, como un cachorro obediente siguio sus ordenes al pie de la letra.

— Traje esto para tí. — dijo despues de terminar el mandado de su omega.

Huaisang sin mucho interes abrió el regalo mostrando un abanico hecho de hierro negro con algunos detalles blancos, al tomarlo este brillo.

— Es tuyo, hace tiempo logré que un artesano me hiciera uno, pero me pidió que consiguiera hierro negro bastante extraño; cuando termino me dijo que habia logrado crear un abanico espiritual. — Huaisang observaba el abanico maravillado — No podía tocarlo, por eso me lo dio en una cajita; cuando su verdadero dueño lo tome este brillara. — observo como su nombre aparecio a un lado del abanico. 

Huaisang no habia dicho nada hasta ese momento, espero a que el nombre se tallará en el abanico y casi en un susurro dijo el nombre de su nueva arma espiritual.

— Dafeng... — el nombre brillo — ¿Viento fuerte? — Wen Ning asintió.

Se alejó un poco e hizo una reverencia.

— En hora buena, joven Nie; felicidades por tener una nueva arma de primera clase. — Huaisang sonrió y se acerco al alfa timido y lo abrazo.

— Gracias. — inhalo el aroma de Wen Ning.

Wen Ning por otro lado le correspondió y en un susurro dijo.

— Perdoname, no fue mi intención ignorarte. Necesitaba conseguir el hierro negro para hacerte un regalo que te gustara, y como no hay nada que te guste más que los abanicos, hice uno especialmente para tí. — los otros que recien llegaban vieron la escena.

Wuxian sonrió abiertamente.

— ¿Tan rapido? Pensé que lo harías sufrir más Huaisang. — Jiang Cheng asintio de acuerdo

Los dueños del valle fantasma vieron la escena con una sonrisa, desde el inicio en que vieron a los alfas sabian que no seria tan dificil lograr que conquistaran de nuevo a sus omegas, quienes días antes habian estado lamentandose que sus alfas tardaban en buscarlos.

De cierta forma todos en el valle agradecieron un poco de paz, los omegas habian estado haciendo demasiado alboroto; los cachorros de los lideres no habian podido dormir bien debido a sus lamentos.

— ¿Nos vamos ya? — Lan Zhan vio a su omega quien asintió. — Gracias por todo, por cuidar a mi esposo. — los tres alfas hicieron una reverencia.

Zhou Zishu los detuvo unos minutos.

— Gracias por dejarme conocer a alguien que es famoso. — sonrió.

Wei Wuxian sonrió y le dio un abrazo.

— Gracias por perminitirnos quedarnos en su casa, lamentamos las molestias causadas en nuestra estadia. — ahora fue el turno de los omegas hacer una reverencia.

Lao Wen no tuvo oportunidad de despedirse porque estaba lidiando con la pequeña Wen Xiang quien lloraba de hambre y él le estaba dando su biberon.

— Me disculpo, mi alfa esta teniendo problemas. — asintieron.

Era hora de marcharse de aquel lugar, yendo de nuevo a sus casas que tardarian alrededor de 1 semana o más.

— ¿Por que tuvieron que ir tan lejos? — Xichen pregunto.

Jiang Cheng rodo los ojos.

— Si fueramos a Lanling Jin. ¿Se consideraría como fuja? — Huaisang y Wei Wuxian asintieron de acuerdo.

Xichen guardo silencio y se encargó de conseguir una posada para pasar la noche.

— Ahí no — detuvo a Xichen — Cuando llegamos nos trataron mal por ser omegas. — señaló la posada.

Wei Ying abrazo a Lan Zhan.

— Dijeron que olíamos mal. — Wangji fruncio el ceño.

Deteniendo a sus alfas que estaban dispuestos a derribar la posada más famosa del lugar se detuvieron en una humilde posada pero que su servicio fue excelente.

— ¿Acaso el inutil de Wen Kexing no puede ni alimentar bien a mi hijo? — una voz demandante se escucho al entrar a la posada.

Un alfa con gran poder espiritual estaba en el mostrador.

— ¿Conoce a Wen Kexing? — el señor de blanco (aparte de los hermanos Lan) se dio la vuelta encarando a Wuxian.

— Lo que me faltaba, otro ingendró del mal. Dime, ¿Que fantasma eres de los que habitan en el valle? — wuxian negó.

— Soy Wei Wuxian. — el alfa abrio los ojos.

— Le dije a mi hijo que no se fijara en un grupo de malandros, hasta sus amigos son el heraldo de la muerte. — suspiro — Soy Ye Baiyi. 

Se retiró de la posada para ir directo al valle.

— ¿Lo conoces? — Wangji tomo a Wuxian por la cintura.

Wuxian negó.

— Es el suegro de Wen Kexing... Y parece que si lo odia. — Hablo Jiang Cheng.

Dejando el tema de lado entraron a descansar a la posada, mañana empezaria su largo viaje.

Omegas en fugaWhere stories live. Discover now