Capitulo 8 Voy Hacerte Mía Aquí Y Ahora

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Había pasado una semana desde qué Serena había entrado a trabajar, su jefe Declan Chiba Shields al parecer no había podido presentarse a trabajar, por estar tratando de arreglar los contratos cancelados, por lo qué a ella le tocaba agendar las citas del presidente, con Darien, su padre y el señor Chiba Shields, ellos se repartían las obligaciones, las citas y los contratos de Declan.

Cada vez qué Serena tenía qué llevarle algo a Darien o llamarlo, Minet su secretaria le hablaba muy grosero, y le hacía mala cara, sabía qué ella no le agradaba, y eran por celos, estaba segura qué estaba enamoranda de Darien, y lo peor es qué no podía juzgarla, ese hombre la estaba haciendo perder el juicio, desde la última conversación dónde había dejado claro qué nada entre ellos podía volver a pasar.

No había vuelto a sacar el tema, pero las qué había ido a qué firmará algo, había mucha tensión sexual entre ellos, por eso evitó seguir bajando a la oficina de Darien, tenía miedo de no poder seguir negando lo qué tanto quería y deseaba, tenía dos días de no verlo, prefería qué la celosa Minet subiera por los papeles y al parecer ella también era más feliz así, una llamada la volvió a la realidad, al ver el nombre de Seiya sonrió.

-Hola cariño - dijo Serena con una gran sonrisa.

-Hola preciosa, te tengo una gran noticia - contestó Seiya.

-Así ¿Cuál será? - Serena salió detrás del escritorio y se giró al ventanal.

-Estoy de regreso de mí viaje de negocios y me muero por verte - Serena trago grueso, con sólo escucharlo sé excitó, necesitaba descargar toda tensión sexual, qué tenía acumulada.

-Eso es una gran noticia, muero por qué me hagas llegar a un órgano, necesito liberar la tensión qué tengo encima, nunca he tenido tanta necesidad por tener sexo qué estos días - comentó Serena ñ.

Serena tan concertada qué no escuchó, cuándo alguien salió del elevador y escuchaba su conversación, estaba a mil al escucharla hablar de sexo, pero también por primera vez Darien sé estaba muriendo de celos, por lo qué se acercó muy lentamente a Serena.

-¿Tienes qué haber una razón para qué estés así Sere? Pero no me molesta ¿A qué hora paso por tí? - Serena escuchó lo qué dijo Seiya, pero no podía contestar, el aire se le fué de los pulmones, cuándo sintió las manos de Darien en su cintura.

-Yo puedo darte no uno, sí no mucho órganos, yo puedo hacer qué liberes esa tensión acumulada, puedo darte todo el sexo qué quieras, no necesitas a nadie más - le dijo Darien en un susurro cerca de su oído, luego chupó el óvulo de su oreja, Serena gimió bajito.

-Seiya, te hablo luego - Serena cortó sín esperar respuesta.

Las manos de Darien no se quedaron quietas cómo ella, por el contrario, recorrió la cintura y las caderas con ganas, sus manos querían pegarse a esa piel.

-¿Qué... Haces... Darien? - preguntó Serena y tenía los ojos cerrando disfrutando de sus manos.

-Tocarte - la voz tan suave y en un susuro con la qué le hablaban Darien en su oído, la estaba haciendo perder la cabeza, por lo qué con la poquito cordura qué le quedaba, sé alejó de esa serpiente qué la tentaba a caer en el más exquisito pecado.

-No lo hagas, no te he dado permiso, te recuerdo qué eres mí jefe, y eso no debe pasar, qué lo nuestro fué sexo de una sola noche y nada más - Serena lo recordó.

-¿Pero con tu amigo sí puedes tener sexo? ¿O es con otro? ¿Tienes una lista con lo qué puedes acostarte? ¿Por qué diablos no quieres acostarte conmigo? ¿Acaso no soy suficiente para tí? No debería acostarte con nadie qué no sea yo - Darien preguntó serio .

-Por qué eres mí jefe, entiende qué no se puede, sea o no suficiente, no podemos tener nada - Darien se acercó peligrosamente a Serena.

-No pienso dejar qué te acuestes con nadie qué no sea yo, sí tengo qué meterte en la oficina y hacer qué tengas órganos todos los días lo haré, pero no pienso dejar qué otros qué no sea yo te toque - ambos estaban a centímetros del otro, podía sentir la recepción del otro, pero Serena no pensaba darse por vencida.

-Yo me acuesto con quién yo quiera, dónde quiera y cómo quiera, y tú no estás en mí lista, por lo qué no tienes ningún derecho a decirme con quién no o con quién sí ¿Entendiste? - Darien la miró con los ojos lleno de rabia, de celos, y de excitación.

-Eso está por verse - sín darle tiempo a reaccionar Darien sé lanzó sobre Serena y la besó con arrebato y pasión.

Serena era hermosa y besaba cómo ninguna otra, lo tenía loco desde qué le había hecho el amor por primera vez, con ese mismo arrebato la guió hasta la oficina de su hermano, había entrado ahí y había visto el sillón qué tenía, era perfecto para tener sexo, sé tensó aún más pensando en qué Declan pudiera seducir a Serena.

-Esto no... Debería ser... Serena trataba de ser coherente, pero ya sus manos se encontraban quitando la corbata, y la camisa de Darien ya qué el sacó al parecer lo había dejado en la oficina.

-No me importa sí se debe o no hacer, me tienes loco y excitado, te he deseado desde qué te ví, y solo una noche no me ha bastado Sere, te juro qué quiero estar en el lugar cálido qué tienes entre las piernas, y sé qué a tí te pasa lo mismo, sé qué te mueres por qué recorra tu hermoso cuerpo con la lengua, qué te lleve a ver las estrellas - dijo Darien excitado .

-¡Mierda! Sí, sí quiero, lo deseo, me tienes mal Darien, tener qué aguantar estás ganas e ignorar, todo lo qué me haces sentir, me tienes mal, necesitaba sacar todo - contestó Serena agitada.

-Sí, soy yo el causante de tu excitación, es conmigo qué debes saciar tus ganas y con nadie más, por qué será a mí a quién te imaginarás, serán mís besos, los qué va a querer recibir, mís caricias las qué reciba tu cuerpo, sólo yo podré saciar tus ganas, así cómo serás tú la única qué me quitará las mías - dijo Darien.

-Aún qué seas el causante no puedo estar teniendo sexo contigo, por qué con sólo verte me excitó, tendría qué pasar todo el dia con las piernas abiertas para tí, y no podría trabajar - comentó Serena.

-No me importaría quedar en la quiebra, sí mí recompensa es estar en tu interior todo el puto día, me encanta estar en ese paraiso qué tienes ahí en medio de tus piernas - sín esperar más tiempo Darien la besó.

Cómo había deseado desde qué la vió en la oficina de Kenji, quería besarla hasta dejarla sin aliento, hasta qué ya ninguno pudiera más hasta qué ambos necesitarán oxígeno.

-Ahora voy hacerte mía aquí y ahora, y luego nos vamos a mí casa todo el fin de semana para hacerlo una y otra vez, te voy a quitar todas esas ganas qué tienes...

ENAMORADO DE ELLA Where stories live. Discover now