¿Por qué?

IX.- Libertad y una Despedida

Stiles sonrió al ver a su novio, ese hombre lo había salvado en más formas en las que alguien puede imaginarlo, él lo ayudó a salir de un hoyo oscuro, un lugar donde nadie podía ayudarlo y luego legaron Noah y Peter, ellos le dieron el amor de un padre que no recordaba tener, dos personas con una gran corazón lleno de cariño para dar y compartir. Los Hale le hicieron confiar de nuevo en los demás, de que había personas que lo abandonaría incluso si el mundo se le viene encima, ellos lo hicieron ser quien era en ese momento. Era momento de regresarles todo lo que había hecho por él, incluida la manada alfa, que siempre lo cuidaron y si no fuera por Claudia de seguro estarían juntos desde el inicio.

Acarició la mejilla y el cabello de su lobo.

— Todo lo que hago y haré será por ustedes, esta fue mi decisión. Por favor protege a mis hermanos, ellos merecen ser felices. — susurró can cariño para después besar la frente del lobo — Cuando me vaya por favor no me busquen, no es lo quiero, solo confíen que volveré. También quiero que cuides de mi pequeño Mika, todos merecen estar a salvo, no quiero que cargues con ese peso sobre tus hombro, sourwolf. Te amo. — le dijo Stiles mientras una lágrimas traicionera caía de su mejilla.

El lobo se encontraba fuera de la mansión pero había escuchado todo, solo faltaban unos cuantos minutos para irse y debían de ir por Claudia así que el castaño no tendría mucho tiempo para despedirse y dejar las cosas listas junto con su hechizo para que no despierten hasta unas horas.

Stiles salió de la mansión y acarició de manera distraída la cabeza del lobo.

— Vamos por la perra. — le dijo Stiles mientras se internaba en el bosque. Podía sentir la presencia de Claudia no muy lejos al igual que la de los brujos.

*

Los brujos se encontraban esperando de manera tranquila al castaño, quien no tardó en llegar con Claudia, a quien traía del cabello y se podía ver una herida bastante profunda en su brazo y el lobo tenía sangre en su hocico.

— No pude traerla ilesa, se resistía demasiado. — les dijo Stiles mientras la arrojaba frente a los brujos.

— Me la llevaré. — dijo uno que bajo la capucha de su túnica dejando ver un chico rubio de ojos grises.

— ¿Está listo para venir con nosotros? — el castaño asintió — Mucho gusto, Mieczyslaw. — se bajó su capucha dejando ver su cabello pelirrojo y sus ojos verdes — Soy Ezran, líder de este pequeño grupo del que ahora vas a formar junto tu lobo. — le dijo con una ligera sonrisa.

*

Derek se desertó con un profundo dolor en el pecho, algo iba mal. Se levantó encontrándose con un papel que tenía algo escrito con la letra de su castaño.

Mi sourwolf,

No me busquen. Claudia ya no será un problema pero tengo que encargarme de algunas cosas. Por favor no hagan nada, yo regresaré cuando sea el momento.

Te amo.

— Mierda. — se levantó y salió de su habitación encontrándose a los demás con la misma mirada de confusión que él. Al parecer Stiles también les había dejado una nota. ¿Por qué siempre él tenía que sacrificarse por los demás? ¿Po qué no puede ser feliz por un maldito segundo? ¿Por qué ellos tenían que estar lejos de su luna? ¿Por qué? No era justo, Stiles no merecía por esto y más, el chico guardaba demasiados secretos pero siempre terminaba afectado por ellos, no era justo, parra nada.

Mieczyslaw era una brisa que iba y venía con un misterio que envolvía al mundo con una calidez inexplicable. Era un enigma con una gran corazón pero el frío entrono a él los congelaba. ¿Ahora que harían si toda esa fortuna perdida?

El peligro se había, ¿pero a qué costo? Si ese el costo de sus acciones y de acabar con alguien querían dejar todo como antes. Los gemelos sentía que una parte de ellos había sido arrancada, él había prometido que no los abandonaría que se quedaría a su lado y siempre estaría para protegerlo, ¿por qué ahora tenía que irse? ¿Por qué todo tenía que terminar así? Una simple nota, pocas palabras y demasiadas preguntas.

¿Ahora qué harían sin la sonrisa que había querido proteger tanto? ¿Wué pasaría ahora? No era justo.

¿Por qué?

¿Por qué?

¿Por qué?

Por más que suplicaron respuestas jamás las obtuvieron.

*

Stiles abrió sus ojos con impresión, había entrado a un portal que lo había llevado al lugar más hermoso que había visto. Ese era mundo donde vivían los brujos, un lugar increíblemente pacífico.

— ¿Qué te parece? Es muy hermoso, ¿no lo crees? — le dijo Ezran con una sonrisa adornando su rostro.

— Este el lugar que tanto deseamos proteger. — le dijo otro brujo de cabello azabache de ojos grises, Caelum.

— Por eso tenemos reglas tan estrictas que otros pueden ver crueles pero ellos no saben lo que tenemos que proteger, aquí hay personas, seres vivos que viven asustados del mundo real porque pueden usar sus poderes y obligarlos a hacer cosas. — le dijo Ezran con una ligera sonrisa.

— Es un gran lugar y puedo entenderlos, el mundo de allá fuera es peligroso y nos pueden usar de las maneras más crueles, yo lo he vivido y no es bonito. Es más probable encontrarse con personas que quieran nuestro poder y entre más poderoso más peligro corres. Este es el mundo perfecto. — dijo Stiles con asombró sintiendo como el lobo a su lado sentía lo mismo.

— Por eso tenemos que protegerlo. — dijo Caelum.

— También podemos ayudarte a volver al lobo un humano.