Capítulo 8: Segundo año

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"La amistad de Lucretia y Euphemia"

























Habían dejado Hogwarts y él único que se quedaba era Tom. Mientras que los demás se irían de vacaciones, Orion había logrado convencer a sus padres de que pasarían las vacaciones con los Rosier. Afortunadamente sus padres no se quejaron y los dejaron ir con ellos.

Orion se encontraba inmensamente feliz por pasar las vacaciones lejos de casa y en un nuevo lugar. Aunque se sentía nervioso por los padres de Eris, los había conocido una vez y poco los había tratado. Lucretia estaba igual aunque trataba de disimular sus nervios.

Ambos hermanos estaban tan metidos en sus pensamientos que ni siquiera se dieron cuenta de que había llegado a la estación del tren.

-Hey-los llamó Félix-. ¿Están bien?

-Si, ¿Por qué?-preguntó Lucretia.

-Llevamos hablándoles durante diez minutos.

-Lo sentimos-dijo Orion apenado, bajando la mirada.

Había algo raro en ambos hermanos. Félix lo sabía, estaban actuando muy extraño. Ellos no eran así. Lucretia era un chica reservada con las demás personas que no dejaba ver más allá de lo que ella mostraba, pero una vez conociéndola te dabas cuenta de lo increíble que era, muy alegré, audaz y leal al parecer esa era una cualidad que compartía con su hermano.

Porque ambos hermanos eran muy leales con las personas que amaban.

-Hay que irnos-les ánimo Félix con una sonrisa cálida.

Salieron del compartimiento en dónde sus amigos los esperaban. Al verlos ahí el ánimo de los hermanos subió un poco. Todos bajaron del tren y los hermanos Rosier comenzaron a buscar a sus padres.

Al final los buscaron y para su sorpresa fueron apartados de las demás familias de sangre pura. Los únicos que se encontraban con ellos eran los Pucey, Bulstrode, Prewett y algo que sorprendió a los chicos fue ver también a los Potter con ellos.

Cuando Euphemia vio a los padres de Fleamont no pudo dejar de compararlos. Eran copia de padre e hijo. Henry Potter es un hombre de cabello azabache y revoltoso, tal como su hijo, con ojos marrones, alto y con una gran amabilidad. A su lado se encontraba una mujer de cabello marrón, cara amable y dulce sonrisa, pero sobre todo, Fleamont estaba no solo a lado de su padre sino que también conversaba con él.

Lucretia no dudo en darle un leve golpe con el codo a su amiga. Euphemia la miró y Lucretia le regaló una sonrisa pícara. Ella sabía perfectamente lo que Euphemia sentía por Fleamont y lo que Fleamont sentía por ella. Ignatius, un amigo de Fleamont que se había hecho cercano a Lucretia siempre le decía «Todo el mundo lo sabe, pero ellos son demasiado ciegos»

Pero, la típica frase que decían Fleamont y Euphemia era «Es solo un amigo»

«Todo el mundo lo sabe, pero ellos son demasiado ciegos» es lo que siempre pensaba Lucretia casa que los veía juntos. Ella esperaba que los dos terminarán juntos, los consideraba una linda pareja y también porque a ella y a Ignatius les gustaba verlos juntos. Aunque en realidad todo Hogwarts lo hacía.

-Mira quién está ahí-dijo Lucretia burlándose.

-¿Quién?-preguntó Euphemia haciéndose la tonta.

Por supuesto que Euphemia sabía quien estaba ahí, lo supo desde el primer momento en que lo vio y como ella se puso nerviosa de tan solo verlo. Euphemia intentaba aguantar esa sonrisa, ese sonrojo y esa sensación de mariposas que empezaba a sentir cuando estaba con él.

DERNIÈRE DANSE  («El último baile»)-Tom Riddle en español Where stories live. Discover now