23 | Mónaco GP: Del odio al agua

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𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫

𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫

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DE VUELTA AL MÓNACO GP

MALDITA LLUVIA. Era en lo único que podía pensar mientras iba de vuelta a los pits. La FIA había tomado la decisión correcta, las condiciones eran inmanejables, hasta en ese momento que estaba manejando para parquear mi carro no podía ver absolutamente nada por el visor de mi casco, tenía que entrecerrar los ojos y forzar la vista para lograr enfocar algo y no terminar atropellando a alguien por accidente.

Era un circuito complicado de por sí, tenía su gran historial de choques y campeones detrás. Para muchos pilotos, incluyéndome, era la cumbre del deporte. Ganar en Mónaco equivalía lo mismo a ganar un campeonato, no por nada era considerado que el Grand Prix de Mónaco o el campeonato mundial de pilotos contaba como una de las victorias necesarias para obtener la Triple corona del automovilismo, seguido de conquistar las 24 Horas de Le Mans y las 500 millas de Indianápolis. Uno de mis sueños era lograr ser la primera piloto en conseguir ese título luego de 50 años desde que Graham Hill fue el último en conseguirlo en 1972.

No sabía cómo, pero yo estaba dispuesta a hacer historia.

Cuando detuve mi carro los mecánicos se acercaron a cubrirlo, algunos llegaron con paraguas aunque ya era inútil, esas dos únicas vueltas fueron suficiente para dejarme empapada.

¿Tom? —le hablé a mi ingeniero por la radio, los mecánicos haciéndome señas para sacarme del carro, pero yo permanecía clavada en mi asiento.

¿Sí, Adora?

¿Crees que la lluvia tardará mucho?

No me gustaba la idea de salir del carro, no cuando ya estaba en mi mentalidad de competidora y con mis reflejos calentados.

Según reportes del clima tardará entre una hora y una hora y media —se quedó en silencio por un rato, tenía un gran entendimiento con Tom y creo que él conmigo—. No creo que deberías quedarte en el carro, te vas a cansar sin haber empezado.

Bien. Gracias igual, Tom.

Para eso estoy, Ada —se cortó la radio y luego de contemplarlo unos segundos desconecté mi volante y lo puse sobre la consola. Desconecté mi cinturón y acepté la ayuda de mis mecánicos dejando que me apoyen en levantarme por completo. Luego salté con cuidado del monoplaza sabiendo que el piso estaba resbaloso y no quería caerme de culo sabiendo la cantidad de cámaras que habían.

Suficiente tenía con el vergonzoso video resbalándome en el podio con Sainz salvando mi caída, eso viviría en el internet para siempre y no quería una parte dos.

Mientras caminaba hacia mi garaje buscaba el seguro de mi casco a ciegas, mi mirada viajó al garaje al lado mío, el rojo resaltando a mis ojos como la luz de un farol en medio del océano.

Troublemaker [Carlos Sainz Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora