26 | Daños colaterales en el Azerbaiyán GP

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𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫

𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫

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Flashback

Carlos Sainz's POV

ESTO TENÍA QUE SER CLASIFICADO como llegar al cielo.

No había otra manera de definirlo.

Tener a la venezolana debajo de mí con sus mejillas sonrojadas, cabello castaño esparcido por las almohadas, mientras gemía despacio en mi oído con una voz que podría describir como la de un ángel... con cada embestida que daba, sentía más y más que debía serlo.

Sus uñas se clavaban en mi espalda y a pesar del ligero dolor me volvían loco, creando un arrebato y un frenesí dentro de mí de querer darle lo mejor. De complacerla en todos sus sentidos. De arruinarla para cualquier otro.

Podía sentir mi ego incrementar con cada súplica de mi nombre que salía de sus labios como un mantra.

Adora Torres era un manjar para los ojos.

Ver sus pechos rebotando bajo mis penetraciones, sus largas pestañas contra sus mejillas mientras su boca me recibía roja e hinchada para cada beso robado podría ser de las cosas más pecaminosas que había visto en mi vida. Me traía extasiado.

Sus piernas entrelazadas en mi cadera me permitían entrar cada vez más profundo al punto que agradecía ser los únicos en la casa porque los jadeos y gemidos que se escapaban de ambos no se escuchaban nada bajos.

Le susurré al oído lo hermosa que era, que besaba como una diosa y que debía ser el hombre más afortunado del mundo por tenerla entre mis sábanas. Le hice saber lo bien que me hacía sentir, todo lo que me provocaba hacerle, y con cada palabra que susurraba a su oído podía sentirla estremecerse debajo de mí causándome satisfacción.

Con una mano toqué su intimidad escuchándola jadear bajo mi toque, sus piernas me apretaron y podía sentir que cada vez estaba más cerca del orgasmo. El mío no tan lejano.

Me esmeré como lo haría por un podio en una carrera. Saber que era el que le provocaba aquellos gemidos era demasiado para cualquier mortal, Adora estaba a otro nivel.

Era mía por la noche y no la dejaría olvidarlo.

Sus piernas temblaron a mi alrededor indicándome que estaba cerca, y no pararía. No hasta darle lo mejor de mí y más.

La sentí contraerse mientras soltó un gemido que quedaría grabado en mi mente para siempre. Trabajé para llegar casi al mismo tiempo y unas embestidas después lo logré jadeando en su oído mientras me dejaba caer encima de ella, sus brazos acercándome más en un abrazo como si no pudiera tener suficiente de mi contacto.

Y siendo honesto yo tampoco podía tener suficiente del suyo. Mientras recuperábamos el aliento alcé la vista y me topé con aquellos ojos marrones que me robaban el aliento mirándome de una manera que no podía descifrar, pero me traían embelesado. De verdad era la mujer más hermosa con la que había estado.

Troublemaker [Carlos Sainz Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora