Alicia es una chica insegura y tímida, que lleva más de seis años enamorada de su mejor amigo. Pero nunca se lo dijo ya que, sus miedos e inseguridades se lo impiden. Así que decide empezar terapia para sanar sus heridas internas y encontrar el v...
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Alicia.
Entramos a casa en una fila india.
— Bueno, — dije mirándolos a todos — ¿Quien toma café? — Rulo, Pancho, Pablo, Gena levantan la mano —. ¿Quién té? — Nadie levanto la mano — Que discriminadores con el pobre té, el resto mate cocido... Bien pueden ir al comedor, Gena muéstrales — ordene.
— Como diga señora — esté arrastra al grupo hacia el comedor.
— Te ayudo — hablo Vico, quien me agarro de la mano y me lleva a la cocina.
Yo me pongo a calentar el agua en la pava eléctrica*, mientras pongo la cafetera.
— ¡No me dijiste que Genaro tenía amigos tan hermosos! — exclama sorprendida. Yo no puedo evitar reírme —, enserio chica. No hay uno feo.
— Viste.
— Sino fuera que estoy enamorada de mi Darío, le re doy al morocho — comenta mientras busca las tazas.
— ¡VICO! — no pude evitar reírme a carcajada. Mientras la castaña se ponía colorada.
— Vos shhh — me chista poniendo una mano en su boca.
— Vamos llevando esto — ella lleva algunas tazas y yo las otras.
Cuando vamos a la cocina, los chicos están acomodando lo que compraron en la mesa. Sí que habían comprado muchas cosas, miro a Vico. Quien se puso un poco pálida, recordé lo de la comida. Lo difícil que sería comer en público con todos ellos.
— Así que todos son amigos de Genaro — comenta Vico, la palidez de su rostro. Desaparece cuando todos la miran, sustituyéndose por un rojo intenso.
— Y de Alicia — acota pancho —. La pregunta sería ¿De dónde saliste vos?
Antes de que Vico pudiera responder Muela, lo hizo.
— De mis sueños — hablo con una sonrisa coqueta en sus labios. Se acercó a nosotros, y tomo las tazas de las manos de Vico, sin dudas era mucho más alto que ella. Pude ver como ella inspiraba el delicioso perfume de Muela —. Mis amigos me dicen Muela, pero vos podes llamarme Adrián.
Yo quede impactada, la mayoría tiene apodos. Porque no les gusta su nombre o prefirieren que no los llamen así. Mire al grupo y todos estaban igual de sorprendidos.
— No creo venir de tus sueños... Pero un gusto, soy Vico — dice ella, ambos se quedan mirándose a los ojos.
Yo camino dejando las tazas en la mesas. Genaro me mira riéndose, yo vuelvo mi vista hacia ellos. Siguen mirando se.
— ¿Vico? Que nombre raro — habla Pancho.
Eso hace que los otros dos dejen de mirarse. Ella se sonroja y pasa por el lado de Muela, para dejar las tazas en la mesa y mira directamente a pancho.
