Capítulo 29.

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Capítulo 29.

Clocks- Coldplay.

Clocks- Coldplay

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Vico.

— Sabes Paula, a veces pienso que debería dejar todo y a todos. Así ya no tendría tantos problemas.

— ¿Dejar todo?

— Si, aunque te suene extraño. Me siento tan mal últimamente, tengo a mi mamá y a Alis, pero cuando estoy con ellas estoy bien. Pero lo mismo me sigo sintiendo vacía.

— ¿Te pasa lo mismo con Darío?

Ay, justamente no lo menciono para no tener que hablar de él.

— No, con él nunca me siento así. Pero lo estoy evitando.

— ¿Por qué lo haces? No debería ser lo contrario.

— No, porque no valgo la pena — respondo con lágrimas en los ojos. — Siento que doy más problemas de los que valgo, soy insegura y tengo tantos, p ero tantos problemas. Que siento que soy una carga pesada para él, para mi mamá y para mis amigos.

— ¿Alguna vez te han dicho eso?

— No, pero sé que lo piensan. Siempre tienen que cuidarse de lo que dicen al frente mío, como si fuera un campo minado. Desde hace mucho tiempo que Darío no lidia con Vico su novia, sino con Vico la bulímica depresiva — rompo en llanto al decirlo.

Como si decirlo en voz alta fuera una bomba. Ni siquiera puedo seguir hablando, por las lágrimas no me dejan. Me sentía como el dique San Roque, cuando liberan la cola de novia, para que toda el agua contenida salga a montones. Así me siento, como una represa abierta o una jarra de vidrio llena de agua rompiéndose contra el suelo.

¿Así se sentirá tocar el fondo?

Paula se encuentra a mi lado, me tiende una caja de pañuelos y me pasa el brazo por el hombro mientras me consuela. Creo que eso no debe hacerlo tu terapeuta, pero me hace sentir un poco mejor.

— Tranquila, saca todo lo que tienes adentro — su voz es melodiosa.

— Es que ya no tengo fuerza para sacarlo todo, estoy muy cansada.

Mi mente viaja a las veces que estuve con mis amigos, riéndome y tratando de llenar ese vacío en mi pecho. En las pijamadas con Alicia, en el tatuaje que llevo en el brazo. En mi mamá que a pesar de estar cansada, siempre pasa tiempo conmigo intentando hacer recetas de comidas raras que vemos por televisión. También veo a Darío, quien me ayudo en cada una de mis recaídas, quien tomo mi mano una cantidad incontable de veces y que prometió amarme siempre.

Pienso en cada vez que esas personas estuvieron para mí, que me ayudaron y me socorrieron. Que me sacaron de un pozo, pero también pienso en esas personas que me tiraron tres metros más abajo. Pienso en como a veces el amor y el cariño, no pueden salvarlo todo.

No vales la pena, lo vales todo.Where stories live. Discover now