Capítulo 27.

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Capítulo 27.

El amor de mi vida- Maria Becerra, Los ángeles azules.

El amor de mi vida- Maria Becerra, Los  ángeles azules

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Alicia.

Baje totalmente mareada de las tazas giratorias. Me tuve que agarrar de Vico, quien estaba verde.

— Este juego horrible — murmura. Yo no le respondo me limito a asentir.

— Odio esas tazas — comenta Rulo apareciendo a nuestro lado.

Los demás no esperaban en la salida de los juegos, ya que no quisieron subir.

Este era nuestro último juego, nos pasamos toda la tarde subiendo a diversos juegos. Montaña rusa, el mambo, martillo, autos chocadores y juegos triviales de la feria. Fue una tarde hermosa, y Vico nunca dejo de sonreír en toda la tarde, una sonrisa sincera y verdadera.

Me enorgullecía que los chicos hubieran planeado todo esto. Ya que estaban cumpliendo su propósito, tranquilizar a Vico.

Genaro se acercó a mí y me tendió una botella de agua. Le agradecí con una sonrisa, mientras me tomaba toda el agua.

— Les dijimos que era mala idea — comenta Pancho.

— Tú cállate — se queja Rulo.

Sus hermanos se burlan del trillizo caído. La verdad nos advirtieron, pero no escuchamos.

— Nunca más — murmura Vico, mientras le devuelve la botella a Muela. — Pero muchas gracias a todos, estoy seguro de que todos saben que no estaba muy bien. No soy tonta, Pancho se cansó de abrazarme y decirme "Todo va a estar bien" — su voz era tranquila, pero notaba lo nerviosa que estaba.

Miro a Genaro, con la mirada intento transmitirle lo que pienso "MALDITO CHISMOSO". Se hace el que no sabe nada del tema.

— Lo sutil no es lo tuyo — se queja Muela, señalando a su amigo.

— Es que...

— No me quejo — aclara Vico, antes que el grupo de chicos sexy se mate entre ellos —Me parece algo muy hermoso, un gesto que me conmueve el corazón — habla con teatralidad.

Haciéndonos reír a todos.

Le tomo la mano con fuerza, haciendo le ver que estoy con ella.

— La verdad es que sos nuestra amiga, igual que la pequeña rubia. Las queremos mucho y nos gusta ver a nuestras chicas mal — responde Pablo.

Pipo nos abraza por atrás, rodeándonos con sus brazos los hombros. Luego lo sigue Pancho, así el resto. Con Vico quedamos atrapadas en el medio de un gran abrazo.

Cállate el sueño de cualquier mujer, estar al medio de hombres hermosos.

La verdad la situación no estaba nada mal. Nos separamos entre risas.

No vales la pena, lo vales todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora