VII

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Era un día bastante soleado y despejado de toda nube.

Así es como describe el día en el que la había conocido por primera vez hace tantos años atrás.

Recordaba que su sonrisa era tan radiante que podía poner al sol en vergüenza, su cabello ondeaba libremente por el viento al igual que su bufanda, y su rostro no era del todo claro, pues no podía ver los ojos de la persona frente a él.

-¡Toma! ¡Hice ésto para tí!- le dijo con gran emoción evidente en su voz mientras le enseñaba una preciosa corona de flores azules que se entrelazan entre sí.- De donde vienes hace mucho frío, ¿no? Solo espero que duren mucho. ¡Cuando volvamos a vernos te daré otra mejor y que duren mucho más!- exclamó poniendo la corona en su cabeza.- ¡Lo prometo!

Abrió sus ojos despertando de aquel sueño.

Suspiró de forma cansada mientras se acomodaba nuevamente en aquel trono de hielo dejando su mentón reposar en su puño izquierdo. Volteó a ver a su derecha en donde se encontró un pequeño altar con la misma corona de flores que había visto en su sueño; solo que ésta ahora se encontraba congelada para que pudiera prevalecer de esa forma por mucho tiempo.

-Mentirosa.

Fue lo único que dijo antes de volver a cerrar los ojos y sumergirse al mundo de los sueños.

...

El Monte Hakobe, una montaña alta con un clima alpino característico. La capa de nieve dura todo el año en ese monte, por lo que siempre debes ir bastante abrigado. También hay ventiscas de nieve frecuentes y solo muy pocos llegan a subirla.

Sin embargo, hace cuatrocientos años atrás era el hogar de los demonios del hielo, a diferencia de la Isla Laguna, éstos vivían en constantes guerras y al final hubo una guerra civil en las que terminaron exterminando los unos a los otros.

Cuando el demonio, Deliora, regresó de la batalla contra el Mago Oscuro, su clan inmediatamente inició una revuelta al tener de regreso a un príncipe que había dejado su pueblo desatendido por pelear en una pelea ajena; pues los demonios jamás se involucraron en los asuntos de los demás que no sean de su especie. No desde aquel trágico día para la historia de Earthland.

Obviamente se habían formado dos bandos en los que unos deseaban derrocar al príncipe de los demonios, mientras que otros estaban a favor. Ésto llevó a la guerra civil que terminaría erradicando a todos los demonios por igual, ya que Deliora se había convertido en un ser inmortal gracias a la maldición, y por ende, el único sobreviviente de su clan.

Se decía que después de la batalla contra el Mago Oscuro, el demonio regresó a su hogar, jurando que jamás se iba a volver a meter en asuntos externos y viviría por siempre solo en su castillo escondido en la montaña.

Es por eso que el grupo ahora se encontraba en el famoso Monte Hakobe, para desgracia de los Dragon Slayers que tuvieron que tomar nuevamente un tren, y ahora estaban escalando a través del frío clima y las temperaturas bajas.

-¡Qué frío!- se quejó Charles tratando de cubrir su cabeza lo más que podía contra el abrigo de Wendy.

-"Yo los metería en Horologium, pero solo hay espacio para una persona." Es lo que dice ella.- habló el espíritu de la maga rubia con la mencionada dentro de éste.

-¡Al menos sal a decirlo tú misma!- le gritó Gajeel.

-Yo no veo que tengas frío, Gajeel.- comentó Lily.

-Ventajas de ser un Dragon Slayer. Aunque no veo porque la niña no tiene resistencia.

-Porque a diferencia de ti, ella es del cielo. No de hierro para poder aguantar las temperaturas bajas.- le reclamó Levy.

La Leyenda De Los Tres HéroesWhere stories live. Discover now