Episodio 8

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—Kalint, ven aquí.

—Te acordaste de mi nombre. Es un honor, mi reina.

Tan pronto como Jackson pronunció su nombre, Kalint se acercó, casi pegándose detrás de él.

Una voz suave y fácil de escuchar se acercó rápidamente. Sintiendo su aliento detrás de la oreja, Jackson movió sus manos fuertemente apretadas con sorpresa. Sorprendentemente, le había hecho caso a pesar de que lo había llamado en un tono contundente. Desde el momento en que se dio cuenta de que lo estaba mirando de forma sexual, se volvió consciente de las miradas y de las acciones cautelosas que tenía sobre él.

«Eres un pervertido. Un depredador sexual.»

No sabía qué tipo de cosas pervertidas haría si bajara la guardia. De modo que, Jackson lo observaba atentamente, como si tratara de vigilar lo que estaba haciendo. Sin embargo, en contra de sus expectativas, Kalint se quedó quieto sin hacer nada.

—¿Qué haces dando vueltas? No te quedes ahí y deshaz los nudos del vestido.

—Estoy encantado de que me hayas llamado. Es la primera vez que me llamas por mi nombre.

Kalint rio suavemente y se inclinó para agarrar el nudo que sujetaba a Jackson. Desafortunadamente, el nudo estaba atado como un pequeño guijarro, ya que había sido tirado al azar desde varias direcciones.

—Te esforzaste demasiado. ¿Por qué no me llamaste así desde el principio?

Dicho esto, Kalint comenzó a deshacer el nudo con un toque sutil. Al sentir que los nudos se aflojaban y que le resultaba más fácil respirar, Jackson se enfadó por dentro al pensar en que nunca más volvería a usar algo así.

Al ver la espalda de la reina, empapada en sudor por luchar con el vestido, el rey pensó que tenía un lado bastante lindo. El humano se rendía fácilmente, pero también era bastante descarado. Al mismo tiempo, era característico que, aunque fingiera ser tan descarado, sintiera mucha vergüenza.

Su reacción era tan divertida que las palabras groseras, el comportamiento y las acciones duras pasaban desapercibidas. Mientras pensaba en lo divertido que sería domarlo, desató el último nudo. Luego, con un ruido sordo, la ropa que estaba apretando el cuerpo de Jackson fluyó hacia abajo.

—¿Qué...?

Contrariamente a la expectativa de poder sujetar la ropa, ésta fluyó hacia abajo en cuanto se desató el nudo. Como resultado, Jackson no tuvo tiempo de cubrirse antes de revelar su cuerpo desnudo.

—Este... este...!

Por muy valiente y brusco que fuera, quedar desnudo le producía diversos grados de vergüenza. Aunque la piel de Jackson era bastante oscura, se notaba que se estaba tiñendo de rojo.

—Te dije que no mires...!

—Me volteé. Date prisa y ponte la ropa.

Dijo Kalint con la cabeza girada hacia un lado, mientras se apartaba. Jackson, siendo presa del pánico, se cubrió la parte delantera, y sacó los pies del vestido. Sus dientes tintineaban entre sí en cuanto su cuerpo sudoroso estuvo expuesto al aire fresco.

En tanto Jackson se ponía el abrigo, Kalint seguía mirando hacia atrás. No se molestaba en decírselo, pero el campo de visión de un Aracron es mucho más amplio que el de los humanos, por lo que podía ver claramente lo que sucedía a su alrededor sin girar la cabeza. Por ende, que se volteara no tenía ningún sentido.

Aun así, el rey pensó que la reacción de la reina humana era refrescante, por ello decidió pasar el rato con él. Teniendo en cuenta que llevaba la ropa del Aracron como medida temporal, estaba satisfecho de que a Jackson le quedara bien. Al menos eso pensaba Kalint.

La historia de un ex-cazador que se convirtió en reina consorteWhere stories live. Discover now