Episodio 18

666 99 9
                                    

—Por la forma en que lo dices, parece que te gusta bastante. Incluso si no quieres esto... Estoy tratando de impregnar mi aroma en ti.

Ambos encontraban extraños los genitales del otro. Porque Kalint también pensaba que el miembro de Jackson era extraño, ya que era grueso, grande, sin protuberancias y liso. La sensación desconocida de un pene humano fue suficiente para que el joven Aracron se sintiera nervioso y culpable, aunque trató de actuar con indiferencia al respecto.

Aun así, como tenía algo duro en la mano, solo tenía que hacer lo mejor que podía. Al ver lo excitado que estaba Jackson, Kalint empezó a aplicar el aceite perfumado en sus manos libres. Dos manos le acariciaban las piernas mientras que las otras dos agarraban el cuerpo de Jackson y lo empujaban hacia abajo, sobre la mesa. No era difícil sujetar a un macho humano cuyos genitales estaban excitados e invadidos por el placer.

Colocado entre las piernas de la reina, el joven Aracron frotó suavemente varias partes de su cuerpo. Sus manos esbeltas y elegantes acariciaban sus muslos, su estómago, su pecho y masajeaban placenteramente su cuerpo tenso.

—Ah... ¿Quién dijo que podías tocarme? Aléjate... Ugh... !

Jackson apretó los dientes y tragó saliva mientras las manos acariciaban su cuerpo. Después de que el aracron le aplicó el aceite perfumado, se dio cuenta de que esa cosa le causaba ardor. Ahora sabía porque cada vez que salía del templo, las partes donde le aplicaban el aceite estaban irritados.

A medida que se le aplicaba el aceite perfumado en los genitales, una sensación de calor comenzó a subir sobre su piel sensible. La sensación de calor y picor era demasiado extraña como para describirla con palabras.

—Em.. ahí abajo... Ah...

Jackson se sacudía, torcía la cadera y emitía un sonido cada vez que estimulaban la parte inferior de su cuerpo. Esto, porque sentía que el aceite, más el calor de su mano, calentaban su pene.

Definitivamente tenía dolor. Sin embargo, esta sensación de ardor le estimulaba de manera extraña que, sin darse cuenta, le hacía sentir bien.

Jackson dejó escapar un suspiro somnoliento y empezó a balancear la espalda.

—Ja, ah, uf... Oh, basta, idiota... !

Pensando que si sentía algo más, podría ser capaz de golpear la mano de Kalint, se levantó de repente. Su cuerpo temblaba violentamente por el placer que sentía por primera vez en su vida.

—Shh, quédate quieto, Jackson.

Kalint agarró el puño de Jackson con un gesto brusco. El humano, que estaba tan absorto en la sensación, se había olvidado que la araña tenía cuatro brazos. Al ver esto, se mordió el labio y frunció el ceño. Pensó que si se defendía, iba a recibir un puñetazo en la cara. Pero estaba equivocado.

—Si no te quitas de encima, entonces... ! Ah, eh...

En lugar de detenerse, Kalint masajeó suavemente los brazos de Jackson a lo largo de sus muslos, subiendo gradualmente por la parte baja de su cuerpo. El masaje, que le era refrescante porque la araña aplicaba una fuerza moderada, tenía una clara intención sexual que le provocaba cosquillas. Las manos continuaron ocupadas acariciando la parte inferior de su cuerpo. Cuando agarró el pene y tocó ligeramente la punta con el pulgar, Jackson dejó de gritar, contuvo la respiración y se estremeció.

—¡Ahh...!

El rostro, distorsionado por una mezcla de ira y placer, era sutilmente lujurioso. Jackson frunció el ceño hasta que aparecieron arrugas entre sus cejas y el puente de su nariz. La expresión de dolor del apuesto hombre era suficiente para estimular la lujuria de la otra persona.

La historia de un ex-cazador que se convirtió en reina consorteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant