Episodio 21

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Tan pronto como salió por la puerta, se encontró con una vista panorámica de la ciudad. El palacio real estaba situado en un terreno mucho más alto de lo esperado.

Grandes y pequeñas estructuras cubrían el horizonte, extendiéndose más allá de su línea de visión. Había pensado que todo lo que estaba fuera del palacio estaba dominado por monstruos bárbaros, por lo que no se esperaba una ciudad tan vasta.

Ahora entendía por qué Kalint estaba tan seguro de sí mismo. Era el gobernante de un gran reino.

La vista de la ciudad, donde el cielo azul comenzaba a posarse sobre el resplandor del crepúsculo, era espectacular. Solo fue por un momento, porque la ciudad, que lentamente se hundía en el anochecer, encendió sus luces brillantes para ahuyentar la oscuridad.

—Hubiera sido mejor si hubiéramos contemplado juntos la puesta de sol... A veces, cuando estoy abrumado por mis pensamientos, vengo aquí y contempló el reino.

—Tú... Debes ser más poderoso de lo que pensaba. Entonces, ¿esta tierra es toda tuya?

Jackson, que aún no estaba familiarizado con el concepto de reino, pensó que Kalint era rico porque alquilaba su territorio. Kalint sacudió la cabeza en silencio y respondió.

—Digamos que no. Mi reina, yo soy solo un simple caballero. No hay forma de que pueda tener un terreno tan grande.

—¿Qué? ¿Sigues desempeñando ese papel?

«Vaya, es difícil seguirle el ritmo.»

Jackson, que estaba refunfuñando, levantó la cabeza con rigidez y le dio una orden a su "caballero".

—Entonces, muéstrale los alrededores a tú reina. Si no lo haces bien, serás despedido.

—Bueno...  Supongo que tendré que hacer lo mejor que pueda. Si le duelen las piernas, avíseme, la puedo sostener, aunque sea un simple escolta...

—No te pases de listo, ¿entiendes?

—Sí, entiendo.

Mientras Kalint sonría y abría los brazos, Jackson le golpeó la cintura con el codo. Como si le estuviera advirtiendo. Kalint tuvo que aspirar un poco de aire por el golpe que acababa de recibir.

—Mencionaste que ibas a hacer una inspección furtiva. No quiero que nos descubran. Así que se acabó el juego.

—... Está bien. Primero, ¿vamos al mercado del centro de la ciudad? Hay un dicho que dice que, si quieres ver un país, debes empezar visitando el mercado local.

—¿Es eso así? Esta es la primera vez que lo escucho.... pero no creo que no sea tan malo. Venderán cosas que puedo comprar.

Jackson se llevó las manos a la cintura por costumbre y rebuscó en los bolsillos. Pero lo único que encontró fue el abrigo de Kalint, ondeando suavemente.

«¡La maldita cosa no tiene bolsillos!»

La reina humana arrugó el rostro y se sacudió las manos. Se había dado cuenta que había sido un tonto en venir aquí, porque no tenía dinero. La moneda humana no le serviría, así que no tenía sentido buscar su dinero.

—Oye, ¿tienes algo de dinero?

Preguntó con una voz seria. No importaba que llevara un abrigo extravagante, cuando solo era un simple comerciante sin dignidad. ¿Quién iba a pensar que era la reina de un país? Jackson parecía, en el mejor de los casos, el hijo despilfarrador de una familia aristocrática.

La historia de un ex-cazador que se convirtió en reina consorteजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें