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—Y... ¡Ahora! — Leah levantó la mano y las reclutas echaron a correr a toda prisa. Ella miró el cronómetro y cuándo esté llegó a un minuto levantó la mano — ¡Alto! ¡Mason, Willis, Levson y Collen, pueden irse! ¡Las demás a correr media hora! —.

Entre suspiros frustrados las que no ganaron echaron a correr haciendo su último esfuerzo.

—¿Sin misericordia Bravo-7? — Darcy, su amiga le dió un codazo apareciendo a su lado —.

Leah rodó los ojos.

—No me llames así —.

—¿Así no es como él te llama? — Darcy movió disimuladamente la cabeza hacia la oficina de Price que se veía desde donde ellas estaban. Leah lo pudo ver agitando las manos mientras conversaba por teléfono un poco irritado, al parecer —.

En los últimos días no lo había visto ni hablado con él. Por las mañanas ella entrenaba a su grupo y por la tarde tenía reuniones con Gaz y Laswell sobre lo de los misiles.

Ghost y Soap habían ido a Mexico para ayudar a Alejandro en alguna cosa sobre narcotraficantes, así que no estaban.

—Fue una broma y desgraciadamente se quedó así — Leah encogió los hombros mirando a las reclutas correr —.

—Bueno, dicen por ahí que eres estricta igual que él y si no lo crees pregúntaselo a tus chicas —.

—No soy estricta. Yo solo... quiero hacer las cosas bien —.

—Lo sé — Darcy le palmeó la mejilla — y lo haces bien —.

Ella se despide de su amiga y la sigue con la mirada, enfocándose poco a poco en John un poco más allá, está con las manos metidas en los bolsillos del pantalón mirándola, él levanta una mano saludándola y Leah hace lo mismo sintiéndose tan torpe que deja de respirar y aparta la mirada frunciendo el ceño.

Mierda.

El resto de día se dedica a cosas de rutina, reuniones con Gaz, recolección de información. Llamadas con Laswell, etc. Para cuando cae la noche, Leah decide salir a correr alrededor del campo de entrenamiento, cuando no hay nadie. Así que se pone los auriculares y comienza a correr a toda prisa, una canción suena mientras ella corre alrededor de la cancha sin parar. Casi sin mirar a su alrededor, por lo que no nota que John está parado fuera de su oficina que queda justo en la esquina de la cancha y se apoya contra la pared, permitiéndose encender un cigarrillo mientras la mira.

Alrededor de una hora, Leah se detiene jadeando, con las manos en las rodillas y el cuerpo doblado. John le recorre el cuerpo con los ojos, metida en esas mallas de ejercicio, con el sudor recorriendole la piel blanca mientras termina el segundo cigarrillo. Ella voltea y al verlo se espanta.

—Mierda — exclama quitándose los audífonos — ¿Desde cuando estás ahí? — se ríe acercándose con la respiración entre cortada —.

—Solo hace unos minutos — miente pensativo — Sigues corriendo cuando te estresas ¿Eh? —.

Oh, él lo sabía.

Cada vez que Leah corría alrededor de la cancha era porque algo la estaba acomplejado, pero decirlo en voz alta lo hizo sentir delatado de alguna manera, como si se le hubiera escapado que habían muchas cosas de ella que él sabía y que le gustaban.

—Sí — ella responde alzando una ceja preguntándose como sabe eso, pero sonríe. Agarra la botella de agua de su bolso y bebe un poco — ¿Y tú no puedes dormir? —.

—Mientras más cansado menos ganas de dormir me dan — encoje los hombros tirando el humo del cigarro hacia otro lado y tirando la colilla al suelo al pisarla, se hace a un lado para dejarla pasar por las puertas y la sigue caminando a su lado — ¿Laswell te está estresando? —.

𝑨𝑫𝑶𝑹𝑬 𝒀𝑶𝑼 ➝ 𝑱𝑶𝑯𝑵 𝑷𝑹𝑰𝑪𝑬Where stories live. Discover now