La vida del Capitan de la Task Force 1-4-1 siempre ha sido un misterio. Incluso para sus amigos y compañeros de equipo más cercanos. Solo él carga con la soledad en medio de la noche y los tormentosos recuerdos del pasado que lo hacen hundirse en un...
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Varios meses más tarde:
John conduce por una carretera a oscuras, Gaz va a su lado mientras vigilan la carretera, las armas pesan en sus piernas mientras el equipamiento militar en sus cuerpos les recuerda que a pesar del suave murmullo de la canción que suena en el estéreo, están a punto de completar una de las misiones más importantes.
—¿Listo para esto chico? — John bajó el volumen de la música mientras se acercaban al vecindario, detuvo la camioneta a un costado mientras se reunía con el otro grupo — hay que entrar en sigilo —.
—Listo, señor — Gaz asintió revisando su arma y John asintió, aunque lo quedó mirando mientras metía la mano dentro de uno de los bolsillos de su pantalón táctico y sacaba una cajita pequeña para guardarla en la guantera — ¿Eso es lo que, creo que es? — Gaz lo miró y John se echó una risita ronca —.
—Guarda el secreto ¿Sí? — cerró la guantera —.
Gaz asintió con una sonrisa cómplice, admiraba al capitán por muchas cosas. Una de ellas era la forma en la que cuidaba de Leah. John palmeó el hombro del chico con fuerza para luego salir de la camioneta. Se reunieron con el grupo B, donde estaba Soap y Ghost.
—¿Cómo sigue su brazo, cap? — Soap alzó la cabeza —.
—Todo bien Mactavish — se rió —.
En algún lugar del medio oriente, el grupo se comenzó a dispersar a través de la oscuridad por los callejones de la ciudad, en silencio y en alerta como siempre lo habían hecho. John guiaba a la pequeña tropa por los pasillos angostos en silencio, cuando una voz dulce le habló a través del auricular conectado a millas, millas de distancia. Desde Kastovia hacia Londres.
Leah: Bravo-6, me copias?
Aunque sus cejas estaban fruncidas, John esbozó una ligera sonrisa al escucharla. Llevaba un mes sin verla, de nuevo. Pero habían estado más en contacto que otras veces. Sobre todo entonces porque ella lideraba la misión desde el centro de inteligencia en Londres junto a Laswell.
John: Solido, Ángel.
Leah: La información tiene que estar en los computadores, la casa es de tres pisos pero hay otro más que está camuflado.
John: Copiado.
John se apoyó contra el muro cerca de la puerta del jardín de la casa y movió la cabeza en dirección a Ghost para que abriera el portón.
El silencio de Leah a través de su auricular era el necesario para seguir adelante con la misión. Si obtenían los códigos en las computadoras de conseguían la ubicación de Hassan. A su señal, Ghost y Soap entraron sigilosamente por el jardín y Gaz siguió a John por las ventanas, entrando a través de ellas sigilosamente. Una mujer entró por la cocina distraídamente y Gaz la agarró antes de que gritara, inmovilizándola en el suelo y haciéndola callar dejándola levemente inconsciente.
