La vida del Capitan de la Task Force 1-4-1 siempre ha sido un misterio. Incluso para sus amigos y compañeros de equipo más cercanos. Solo él carga con la soledad en medio de la noche y los tormentosos recuerdos del pasado que lo hacen hundirse en un...
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—John, n-no — ella suspira, su garganta se cierra, su cuerpo se tensa mientras él pasa los brazos bajo sus muslos para sostenerla cerca y quieta —.
—Mmm... — escucha que el gime, mientras ella se retuerce. La lengua del Capitán Price se desliza entre los pliegues de Leah con pericia, determinación y audacia.
Jesús, nadie pensaría que tuviera esa lengua, Capitán. Leah piensa mientras aprieta los dientes tratando de controlarse.
En su cortos 28 años ni un hombre la había tocado de esa manera. Definitivamente no como él y no había tenido muchos amantes en su vida que digamos. Siempre era muy estricta al respecto, nada de sexo antes de la primera cita. Pero con John estaba de piernas abiertas sin cita ni nada en la agenda.
Sus ojos ruedan sobre su cabeza cuando el mete la lengua y sus dedos se mueven despacio alrededor de su clitoris. Provocándola, divirtiéndose con ella. Pero los propios gemidos de John la empiezan a volver loca.
—Oh John, p-por favor — susurra, su voz a penas es un susurro y cada vez que se tapa la boca para gritar, El Capitán se la quita de un tirón y de paso la mordisquea regañándola.
Leah sentía que se desentrañaba, el corazón le latía como loco con cada lamida, respiro o mordida. Las manos enormes de John Price suben de vez en cuando hacia arriba rosando el borde de sus senos.
—Mmm... — gime él de nuevo —.
El calor se comienza a acumular en su vientre y sus caderas se comienzan a mover involuntariamente.
En menos de cinco minutos Leah se encuentra gimiendo y lloriqueando mientras él está enterrado entre sus muslos. Su cuerpo tiembla colapsando al deseo que calienta su vientre y se expande alrededor de él.
—Eso es — murmura con un toque de calma y pasión que brilla en sus ojos cuando la miran. John sonríe mientras la mira hacia arriba y se aleja solo un poco inclinando su cuerpo sobre ella. Su mano cerniéndose suave sobre su cuello y subiendo hasta sus labios metiendo sus dedos en la boca de Leah — Muñeca... — gruñe mientras saca los dedos y se acerca, besándole la boca como si se la estuviera comiendo viva, ella gime contra su boca. Gemidos femeninos y sensuales, tanto o más dulces de los que él se imaginó que podría hacer Leah, perdido baja la mano y la folla despacio con los mismos dedos — Joder... — murmura — estas tan lista para mi. Dime lo lista que estás — murmura con sus labios sobre el cuello de Leah — ¿estás lista para mi? —.
—S-sí — ella jadea, su cuerpo encorvándose sobre él, sus gemidos incoherentes, sus manos sobre los hombros de John —.
—Dilo —.
—Estoy lista, lista para ti John — Dice a penas en un susurro, el gruñido de John brota de su garganta como un gruñido que se pierde en su boca —.
No tarda en deshacerse del resto de su ropa fuera de la cama, mientras la cabeza de Leah da vueltas por el orgasmo que acaba de tener con la lengua de John, es arrastrada por él de las piernas hacia el borde de la cama y emite un grito por la sorpresa. La besa despacio, pasando la lengua por sus labios. Un beso tierno y romántico que se transforma en una apasionado metiendo su lengua en su boca, gimiendo sobre su lengua mientras frota su ereción enorme y gruesa sobre los pliegues mojados de Leah.
