Capítulo Dieciséis

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Cassie, observó todos los rostros desolados, tristes, mientras se adentraba en aquel enorme cementerio. Aquel lugar, repleto de gente, se sentía vacío, incluso con la voz grave del cura que hablaba frente a un cerrado ataúd.

¿Cómo era posible que todo cambiara en un segundo?

¿Por qué la vida podía terminar así de rápido?

¿Quién decidía cuando era el momento para cada uno?

Pero, Cassie, mientras contenía las lágrimas, pensó que aquello no era justo. No era justo para Matt, no era justo para sus hijos, no era justo para su esposa. Vio a Clara a la distancia, ella se veía perdida, apretando con sus manos su abultado vientre. La niña que no conocería a su padre, que no tendría la seguridad que la figura paterna brindaba a una mujer. Matt, había sido un hombre increíble, y por causa de aquellas locuras del destino ahora ya no estaba.

Su vuelo se había retrasado. Se suponía que tendría que haber llegado ayer, pero por problemas climáticos, tuvo que esperar. Y al llegar, hacía menos de dos horas, se enteró de la terrible noticia. Su hermano Nathan fue el que le informó. Decidió ir directamente hacia el lugar donde sería el entierro. No tenía mucha información. Así que ahora además del dolor, se sentía preocupada, porque algo le decía que aquello afectaría a Ethan más que a los demás.

De repente se sentía fuera de lugar. Mientras todos estaban vestidos de negro, ella llevaba jeans y una remera blanca. No había esperado aquello, no.

—Llegaste —le dijo Libby por lo bajo. Cassie, giró al escucharla, y la abrazó al instante.

—Llegué hace un rato. Nathan, fue por mí y me contó. Le pedí que me trajera directamente, ¿qué fue lo que pasó? ¿Dónde está Ethan?

Lo había buscado entre todas esas personas, pero no había señales de él, y eso había aumentado su angustia.

—Ay, Cass —suspiró su amiga con tristeza y sus ojos se poblaron de lágrimas —Una tragedia en verdad.

Nick, se acercó hasta ellas. Cassie, lo miró y sintió un nudo en su estómago al ver sus ojos. Nick, se veía destrozado.

—Es bueno verte aquí —habló él, totalmente carente de alguna emoción. Cassie, tomó su mano y le dio un suave apretón

—Lo lamento, de verdad.

—Nadie se esperaba esto —soltó él y se pasó una mano por el rostro —Nadie.

—¿Qué fue lo que pasó? —volvió a preguntar ella.

Estaba ansiosa, necesitaba saber de una vez porque algo le decía que tenía que correr de allí, correr y buscar a Ethan.

—Una fábrica textil ardió en llamas. Había gente adentro. Ethan, Steven, Matt y yo entramos. Logramos sacar a las personas, pero Matt quedó atrapado. Ethan, volvió a entrar para buscarlo, pero salió sin él... —su voz se quebró. Libby, lo abrazó —Ethan, estuvo un par de horas en el hospital pero se escapócuando despertó. Habló con Clara, pero luego nadie más lo vio. No ha venido aquí, no ha dado señales. Debe estar echándose la culpa... pero no fue su culpa, fue mía porque lo perdí de vista... lo perdí de vista.

—Tranquilo, mi amor —susurró Libby y lo abrazó completamente —No fue tu culpa, no fue culpa de nadie.

Cassie, se quedó allí unos segundos, procesando toda la información.

Oh, Dios, no podía imaginar lo que él estaba sintiendo en ese momento. Se disculpó con ellos, y salió de aquel lugar a las corridas. Consiguió un taxi, mientras lágrimas y lágrimas caían por sus mejillas. Él pudo haber estado en el lugar de Matt. Aquel cajón que ella había visto, podría haber estado Ethan.

FirefighterWhere stories live. Discover now