7. Power

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Baby, you're the man
But I got the, I got the,
I got the power

You should know,
I'm the one who's in control
I'll let you come take the wheel,
long as you don't forget

Callie Montgomery

Ian es un idiota. Un idiota irritante. Aunque haya usado en los pocos días que llevo aquí esas dos palabras en gran cantidad, lo seguiré haciendo el resto del verano.

Que estuviera en mi cuarto ya me parecía molesto, pero cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo ahí, me enfadé de verdad, no tenía por qué mirar entre mis cosas y mucho menos llevarse ese papel con él después de habérselo pedido más de una vez, no le pertenecía.

¿Por qué se molestaba tanto en molestarme? Pensaba que esa etapa se supera una vez hemos crecido, pero ya veo que Ian sigue en la misma línea.

Esa lista es algo que hice antes de venir a California y de lo que no se debía enterar nadie. Era como una promesa que me había hecho a mí misma, debía cumplir con cada punto escrito en ese trozo de papel y vivir las mejores experiencias de mi vida durante este verano, aquellas que en el instituto me privé de vivir por miedo a todo.

La única persona que sabe de su existencia es Maya, ni siquiera se la he mencionado a mi hermano, y eso que con él tengo más confianza que con cualquier otra persona. Y ahora hay una segunda persona que lo sabe, y por si fuera poco, la tiene en su posesión. Lo que más me molesta es que de todas las personas que podían dar con ella, ha sido él.

El muy canalla se quedó leyéndola sin ningún pudor aun habiéndolo pillado en mi cuarto, me negó el poder recuperarla y se rio de mí en mi cara. Hubiera preferido que la hubiese encontrado Jake, Ian seguro se estará riendo de mí en estos momentos.

¿Odio a Ian? Claro que lo hago, solo se dedica a enfadarme porque parece que es lo único que le gusta hacer, pero no significa que le dejaré estropearme las vacaciones.

Tacho el punto número diecisiete y escondo la nueva lista que hice anoche después de que el molesto de Ian me quitase la mía. Gracias a que tengo buena memoria, me acordé de cada punto con exactitud. Esta vez me aseguro de que nadie pueda encontrarla, que estúpida fui al dejarla a la vista de cualquiera.

Cuando cierro el pequeño cajón de la mesilla con llave, mi móvil vibra gracias a una llamada entrante, es Maya. Descuelgo el teléfono.

—¿Callie? — oigo al otro lado de la línea.

—La misma — me tumbo en mi cama.

—De la que te has librado por no estar aquí, si no llego a llamarte te olvidas de que tienes una mejor amiga en otro estado — me reprocha.

—Eso no es cierto — jugueteo con mis dedos mientras hablo con mi amiga.

—Desde que has llegado apenas hemos hablado, pensé que éramos mejores amigas — lloriquea de forma falsa, queriendo dar pena.

—Mira que eres boba — me río de ella — lo somos y no te he llamado antes porque he estado ocupada estos días, casi no he estado en casa.

—¿Callie Montgomery? ¿la pelirroja de mi mejor amiga saliendo de casa dos días seguidos? — pregunta una Maya sorprendida. Río.

—Técnicamente no han sido seguidos, pero sí. La noche que llegué fui a una fiesta con mi hermano y sus amigos y ayer las chicas me llevaron a ver la ciudad — le cuento.

—Eso suena genial, ya veo que no tardas en empezar a cumplir con tu lista.

—Sí...

—¿Qué ocurre? — pregunta al notar un cambio en mi tono de voz.

Un verano efímeroWhere stories live. Discover now