Capitulo 1

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*Efímero*

Joseph:

Los anuncios en Youtube ya me tenían mal de la cabeza, quería ver mis series pero a cada diez minutos había un anuncio diferente, bueno, en fin... La pobreza. Decidí que era hora de salir un momento y justo estaban mis vecinos jugando a la pelota en la calle. Me acerqué un poco más y de inmediato me han invitado a jugar, -¿ Es cierto que entrenas football en una escuela?

Me quedo impresionado porque nunca nadie me prestaba atención, - ¿Por qué me preguntan eso? Solo jugaremos en calle nada más.

Kley me mira y sonríe, - Si no piensas responderme no importa, es cierto, aquí se juega sin importar de dónde vengas ¡ sin miedo a nada!- dice orgulloso.

Entre tanta palabrería ya se nos hacía tarde, pero aún así decidimos jugar y disfrutar el resto de la tarde, las risas y los llamados de atención a nuestros compañeros para que nos pasen el balón eran lo más notorio en toda la calle.

Jack, otro de los chicos de la cuadra, patea el balón con fuerza fuera del arco que en nuestro caso era una cajuela de cervezas, -vale yo voy por ella no se preocupen- digo mientras me voy detrás de la pelota, en ese momento, en ese breve instante todo parecía transcurrir más lento; pues la ví, su estatura era la indicada para dominarme, su cabello frondoso como un arbusto envuelto en plena primavera y sus ojos tan calmados y bien pintados como un atardecer. Sin dudas era toda una belleza.

Nuestras miradas se cruzaron por primera vez y yo desde ese momento quería que esa no fuera ni la primera ni la última vez que eso sucediera entre los dos. - Joseph, ¿Vas a traer el balón o lo lanzaras desde ahí?, Anda lanza la pelota- se escuchaba en coro las voces de mis vecinos.

Yo la miraba y pensaba - No puede ser que venga alguien nuevamente a robarme la atención- Mientras ella se metía a la casa yo caminaba de regreso a nuestro estadio el cual era la calle.

Todos me miraban y me hacían preguntas las cuales por obras del de arriba y espero que así fuera... No apuntaban al hipnotismo que me causó ver a esa chica

-¿Jugaremos mañana?- Me preguntó Jack; pregunta a la que vacilé y le dije:

No sé

Me miraban extraño pero yo sabía que no podía porque tenía algo importante por delante, si, algo importante llamado Universidad. Aunque antes de iniciar la carrera todos los aspirantes teníamos que realizar un examen o curso el cuál una vez aprobado nos daría la oportunidad de estudiar medicina. Entré a casa y suspiré, tenía ganas de seguir allí afuera pero tenía hambre, más adelante de la cocina estaba mi abuela repartiendo la cena. No me quedé mucho tiempo en la cocina y lo que hice fué entrar al cuarto, recogí mi ropa y me metí a la ducha; parecía que el tiempo no corría nada y lo único que podía hacer era pensar...

Déjate de tonterías Joseph ¡por Dios! Primero era Leidimar ahora que te ha dicho que no y estás superando todo te fijas en ella, quizás hasta tenga novio o le guste alguien.

Encogí los hombros y me sacudí como un perrito recién bañado tratando de no sobrepensar, pensaba en la comida y poco a poco esos recuerdos de la tarde disminuyeron hasta llegar al punto de ya no pensar más en ello, al menos no por esa noche. -Joseph, la comida, ven rápido por ella- me gritaba la abuela desde el porche de la casa. Fruncí el ceño y me salí del baño.

-Ya voy abuela.

Había un mensaje en mi teléfono, era de la universidad, al parecer habían mandado los horarios y la forma en la que teníamos que ir a clases. Respire hondo -A este paso quedaré sin estabilidad mental- murmuré entre dientes.

-joseph ¿Que esperas para ir por la comida?

-Abuela ando ocupado con cosas de la universidad ya salgo a comer.

En ese momento también decide escribirme el hermano de la chica que me gustaba o me gusta o me dejó de gustar me está dejando de gustar ¡ay no lo sé! Lo cierto es que todo eso ya me estaba jodiendo la paciencia... Así que decidí dejarle en visto. Sería un tonto si preguntase por ella al responder su mensaje así que solo me quedé con la información sobre las clases y apagué el móvil. Todo me llevó finalmente a la cocina, comí la cena y me volví a mi habitación. No revisé el móvil solo comprobé mi alarma directo hacia las seis de la mañana

-Buenas noches, hasta mañana, si no despierto a la hora me pueden llamar.

-Está bien hijo- Dice mi abuela con una sonrisa que estaba llena de felicidad, y era obvio pues iba a estudiar y a ella le encantaba la idea de ver a su nieto que desde su nacimiento vive con ella... Ella deseaba verlo convertirse en médico.

Poco a poco mi cuerpo se volvía más ligero y mis párpados pesaban más, mi mente cerraba ciclo por hoy, mi cabello se enfriaba poco a poco por el aire funcionando al cien y cuando menos lo esperé caí en un sueño profundo.

Voces

- No te rindas, recuerda, recuerda, recuerda, el agua, tu brillo y tú corazón en llamas.

-¿Que? Dime, ¿Hay algo en especial?.

-No necesitas respuesta a algo que está en tu corazón.

Demonios porque... No puedo verle el rostro, ¿Acaso yo no puedo ya recordar lo que fuiste, lo que hiciste? Aparece aparece ¡¡APARECE!!

-Eeeee, aahh... ¿Pero que ha pasado?, Menudo sueño me he gastado- Desperté como loco: creí que ya era tiempo de levantarme, pero ví el móvil y solo eran las tres de la madrugada. Mis sueños cada vez se volvían más turbios y perdían sentido, es decir, no eran lógicos, pero se sentían reales. No me bastaba con soñar y luego despertar en la vida real. Me preocupaba algo y ese algo parecía seguir detrás de mi como si se tratase de un fantasma. Le doy un vistazo al pequeño cofre en el que guardaba mis recuerdos y Vi como brillaba su collar. Más bien era ya mi collar, solo que... Al brillar así me hacía recordar cuando brillaba ella.

Por favor Joseph por el amor y los clavos de Cristo, solo duérmete. Pero me pregunto si estarían revisando mis cosas... Tal vez cogió sol por quedar abierta la ventana y por eso brilla ahora el collar.

Los pensamientos ya me estaban jugando sucio nuevamente. No me quedó de otra que dormir con el collar en la mano. Sin darme cuenta por segunda vez me dormí sin pensar en nada más. Y fué efímero aquel sueño y pensamiento que inundó mi mente, mañanas, tardes, noches y madrugadas hasta el punto de luego no aparecer más y dejarme continuar con una vida que según era la que yo quería.

Nada es pasajero.

P17Where stories live. Discover now