Capítulo III

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Mientras Harry se quedaba boquiabierto ante la inexplicable visión de la cara de Draco Malfoy en el escaparate de una tienda muggle, se dio cuenta de que, de todas las cosas terribles que Malfoy le había hecho, ésta debía de ser una de las peores: le había hecho tirar las papas fritas. Harry miró la triste cajita, con las papas derramadas y el papel absorbiendo el agua de la acera inundada, y sintió más hambre que nunca en su vida. Y mientras miraba la comida desperdiciada, lo que había sucedido parecía encajar con una claridad espantosa, el hambre y la lluvia y la enorme irritación combinándose para atravesar los restos de su resaca y decirle: todo es culpa tuya.

Anoche se había emborrachado con un montón de Whisky de Fuego en su azotea, después de haber hecho un intento heroico de beberse hasta la última gota de la bodega del Ministerio. Pensó en Draco Malfoy y sintió un arrepentimiento de borracho por cómo habían salido las cosas que, a la fría luz del día, el cabrón de Slytherin no se merecía. Y Harry, en su infinita sabiduría, había deseado que las cosas fueran diferentes. Lo había dicho en voz alta, ¿verdad? Y, según su borrosa memoria, incluso podría haber brindado por el deseo murmurado con un trago de whisky de fuego.

—¡No lo decía en serio! —protestó Harry en voz alta, haciendo que un peatón cercano se alejara de él, por si resultaba que la locura de Harry era contagiosa. ¡No era justo, joder! Cuando había deseado que las cosas fueran diferentes, había querido decir... bueno. ¿Qué había querido decir? Otro recuerdo golpeó a Harry de lleno entre los ojos: la noche anterior había pasado demasiado tiempo dándole vueltas a lo mucho que odiaba ser famoso y deseándoselo a Malfoy.

Todo aquello era demasiado ridículo para describirlo con palabras, pensó Harry, intentando recobrar la compostura. La magia no funcionaba así. No se pedía un deseo y, de repente, el mundo cambiaba hasta quedar irreconocible. Harry trató de ignorar el hecho de que parecía haber pedido un deseo y luego, pum, el mundo había cambiado hasta quedar irreconocible. Después de todo, reconocía al maldito Malfoy. Y hasta el momento, Malfoy era la primera conexión con el mundo mágico que había descubierto, aunque ahora mismo el cabrón pareciese estar disfrazado de... de estrella del pop muggle.

—¡Ojalá las cosas volvieran a ser como antes! —dijo Harry a las filas de póster Draco Malfoy del otro lado de la calle con firmeza, y un poco demasiado alto. Una muggle que pasaba por allí se sobresaltó y miró atentamente a Harry, pensando claramente que estaba hablando con ella, y luego sus ojos se desviaron inmediatamente con una mirada de horror. Harry no creía que gritarle "no estoy loco, lo juro" fuera a ayudar, así que se resistió. El mundo no había cambiado por su deseo, claro que no. Los deseos no funcionaban así. Sin embargo, volvió a intentarlo, esta vez con más calma, deseando al mismo tiempo ser el mago más poderoso del mundo y poder hacer magia sin varita mágica sin esfuerzo. ¿Por qué había pensado de otro modo?

Dios. ¿Y si ahora era el mago más poderoso del mundo, porque era el único? Harry volvió a fijarse en la sonrisa de Malfoy. Definitivamente, Malfoy era un mago. Era un mago estrella del pop y... Harry sintió que su cerebro intentaba derretirse ante la idea de que Malfoy estuviera más arriba de lo que había estado en el colegio. El mundo era cruel; definitivamente, Malfoy seguía siendo un mago. Probablemente también resultaría ser un príncipe, pensó Harry malhumorado, conociendo su suerte.

Harry cuadró los hombros, levantó la barbilla y tomó una decisión. Encontraría a Malfoy y lo estrangularía hasta que el muy cabrón accediera a ayudarle a dejar el mundo como estaba antes. No sería difícil. Si Malfoy seguía siendo quien Harry recordaba -y él realmente esperaba que lo fuera-, era poco probable que estuviera disfrutando de la adulación de los muggles, de entre toda la gente. Harry respiró hondo, lanzó una mirada de melancólica desesperación a sus difuntas papas fritas, ahora convertidas en uno con el pavimento, y se encaminó hacia la enorme tienda a paso rápido.

Star Quality [ Drarry ]Where stories live. Discover now