Capítulo XIV

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—¿Se lo vas a decir a Ron? —le preguntó Hermione, sentada en el borde de su escritorio, entre dos enormes pilas de papeles. Por mucho que Harry trabajara, siempre parecía haber enormes pilas de papel.

Harry sólo había dormido un par de horas la noche anterior.

—¿Sobre qué? —dijo él, sólo por hacer el tonto. Ella se refería a Draco. Claro que se refería a Draco. No quedaba nada en la vida de Harry en ese momento aparte de Draco… o, mejor dicho, el agujero que había dejado cuando le dijo a Harry que su relación había sido una pesadilla.

—No seas idiota —dijo Hermione, y se cruzó de brazos—. Sobre tú y… —miró a su alrededor— Sabes exactamente a quién me refiero. —añadió, hablando más bajo para que los demás aurores desperdigados por el despacho no la oyeran.

—No hay un yo y un ‘exactamente a quién te refieres’ —espetó Harry, y entonces se sintió culpable, pero también enfadado, todo a la vez—. Lo siento —dijo, presionándose el puente de la nariz con los dedos—. Sé que sólo intentas ayudar, pero no veo cómo contárselo a Ron podría ayudarme a sentirme mejor. Él nunca lo entendería.

—Lo entendería. —protestó Hermione.

—¡Será mejor que no se lo digas! —dijo Harry enojado— ¡Promételo!

Hermione puso los ojos en blanco, apretando mucho los labios.

—De acuerdo, lo prometo. Pero él lo entendería. —levantó la barbilla muy alto y se marchó, dejando a Harry aún más alterado que cuando había empezado. Se preguntó si tendría razón y gimió, apoyando la cabeza en las manos. Esto era un desastre. Ya había perdido a Draco; ahora parecía estar en peligro de perder también a sus mejores amigos. ¿Cuánto más podían empeorar las cosas?

***

Harry acababa de llegar a casa -temprano, por una vez- y se preguntaba si debía enviarle a Hermione una lechuza disculpándose por su comportamiento y dándole las gracias por aguantarle, cuando oyó que se activaba la red Flú y Ron caía de la chimenea, poniéndose las manos en las rodillas y jadeando pesadamente.

—Amigo, Hermione se ha vuelto loca —dijo Ron cuando pudo recuperar el aliento—. Ella… ella… —se interrumpió, aparentemente incapaz de terminar.

Harry invocó una botella de whisky de fuego y estaba a punto de invocar un vaso para acompañarla y servirle a Ron, cuando este agarró la botella y bebió directamente de ella.

—Se va a cenar con Malfoy. —dijo, y bebió otro trago, antes de darse la vuelta y dejarse caer pesadamente en el sofá más cercano.

Harry sintió que primero se le helaba la sangre y luego se le calentaba.

—¿Por qué?

La chimenea volvió a sonar y Hermione salió de ella a trompicones, quitándose el hollín del pelo y mirando a Ron con el ceño fruncido.

—¡No huyas de mí, Ronald Weasley! —dijo.

—Tú eres la que huye con Malfoy. —dijo Ron débilmente, y se estremeció, dando otro largo trago.

—¡No estoy huyendo con Malfoy! —dijo Hermione con firmeza. Intentó arrancar la botella de las manos de Ron, pero éste se resistió, y forcejearon un rato antes de que Hermione saliera vencedora— Simplemente voy a cenar con él.

—¿Por qué? —casi gritó Ron.

Hermione se volvió hacia Harry.

—¿Y bien? —dijo.

La injusticia abrumadora de la situación golpeó a Harry como una Bludger en la frente.

—¡Explícalo tú misma! —dijo en tono desafiante, y luego se quedó boquiabierto de horror cuando Hermione se volvió hacia Ron.

Star Quality [ Drarry ]Where stories live. Discover now