Capítulo IX

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Harry se despertó apretado contra Draco bajo las sábanas, con el pelo de Draco en la cara y su furiosa erección clavándose en la espalda de Draco. Habría sido una forma agradable, aunque inusual, de despertarse, si no hubiera sido por el hecho de que no era la incomodidad lo que lo había despertado. No, era la discusión que Draco parecía tener con Pansy.

Harry abrió los ojos, asustado, para descubrir que Pansy no estaba en la habitación, gracias a Dios. Sin embargo, estaba de pie en la puerta entreabierta, de espaldas a ellos. Su espalda, incluso borrosa, parecía enfadada.

—Se supone que tienes que hacer una entrevista con Smash Hits dentro de media hora —dijo Pansy enfadada—. ¿Cómo que no estás disponible? Deja de pensar con la polla y ponte la ropa. Puedes follarte a tu pequeño dependiente esta noche, cuando hayas hecho tu trabajo.

¡¿Pequeño dependiente?! Harry debió de hacer un ruido de indignación, porque Draco pareció darse cuenta de que se había despertado. Le dio a Harry una pequeña e innecesaria patada en la espinilla con el talón.

—Te quiero hasta la luna y vuelta, Pans —dijo Draco malhumorado—, pero a veces puedes ser una verdadera gilipollas. Discúlpate ahora mismo.

—Lo siento, Harry —dijo Pansy, con voz tensa—. Pero-

—No me dijiste que hoy tenía una entrevista para una revista —dijo Draco con firmeza—, y he hecho otros planes. Unos que no puedo romper. Puedes reprogramar la entrevista para mañana, si es necesario. Y la próxima vez llama a la puerta, joder.

—¡Bien! —dijo Pansy, sonando seriamente molesta.

—Y Harry me acompañará en la gira —dijo Draco, cuando Pansy empezó a alejarse, haciendo que se detuviera en seco—. Así que haz los tediosos arreglos que necesites, ¿de acuerdo?

—A veces me pones de los nervios, Draco. —dijo Pansy, y se dio media vuelta para cerrar la puerta tras de sí.

—Qué dramática. —dijo Draco, sonando poco impresionado.

—Sí, me pregunto por qué congeniaron ustedes dos. —dijo Harry.

Draco se giró, se dio la vuelta y atrapó a Harry debajo de él. Llevaba el pelo alborotado y su expresión era atrevida. Era realmente encantador, pensó Harry tontamente, a pesar del hecho de que era una serpiente.

—Por esa pequeña broma, puedes acariciarte tu propia polla esta mañana. —dijo Draco, apartándose de él y bajándose de la cama.

A Harry no le pareció un castigo razonable. Dios, pensó, mirando al techo. ¿De verdad se había acostumbrado tan fácilmente a esto de ser gay? Sintió que el pánico aumentaba, pero lo reprimió; podría examinarlo más tarde, cuando Draco no estuviera allí mirándolo fijamente, haciéndole imposible pensar.

—De todos modos, no creo que tengamos tiempo —dijo Draco, mirando su teléfono—. Ya es medio día. Tendremos una reunión del trío de oro y volveremos a Wembley a tiempo tal y como están las cosas.

—¿Wembley? —repitió Harry, todavía no bien despierto, pero buscando a tientas sus gafas.

—Sí, Harry, Wembley —dijo Draco muy despacio, como si a Harry le costara pensar—. Tengo tres noches allí, y luego me voy a... —frunció el ceño— No me acuerdo. Alemania, posiblemente. ¿O es Francia?

—Hay una camiseta abajo con las fechas de tu gira por si no te acuerdas —dijo Harry, deseando salir de la cama, pero sintiéndose enormemente cohibido por estar desnudo -y aún empalmado- delante de Draco de día—. ¿Tienes una toalla y cosas que puedas prestarme? Necesito lavarme. Ah, y ropa limpia, tal vez. Somos más o menos de la misma talla.

Star Quality [ Drarry ]Where stories live. Discover now