Cap. 11

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Después de una buena mañana pasando el rato con su hermano Hades, Zeus, en esos momentos, se dispuso a clasificar en su oficina las joyas robadas, ya que estas mismas les pareció muy lujosas y, por una vez en la vida, quería probarse algo ultra mega millonario en su cuerpo.

—Jo~... nada mal...— decía él mientras se veía en un espejo frente a su escritorio como un collar de esmeraldas colgaba de su cuello.

—Señor Zeus, no creo que sea tiempo de jugar— decía su asistente mientras guardaba cada collar ya registrado en un paquete.

—¡Vamos Hermes!— exclamó Zeus volteándose para ver a su asistente sentado al frente de su silla del escritorio —¡¿en qué oportunidad verás joyas así?!, ¡nunca!, por eso~... pruébate algunos conmigo~— decía un alegre Zeus mientras se sacaba cuidadosamente el collar de su cuello, para así colocarse otras joyas.

—Para ser nuestro jefe, si que es muy infantil— mencionó Hermes con una sonrisa guardando más collares.

—Puff... no molestes— contestó Zeus con un puchero —Además, en unas horas vendrán los de Beelko a recoger sus collares y joyas, por lo tanto, qué mejor oportunidad como esta para usarlos una vez en tu vida— decía el teniente mientras le entregaba el collar antes usado a su asistente.

—Ciertamente tiene razón— contestó Hermes recibiendo el collar —es por eso que debemos apurarnos— dijo el menor calmadamente antes de escuchar un suspiro de su superior.

—Bien... Terminemos rápido— finalizó Zeus antes de sacarse las joyas que se puso.

Después de dos horas, ambos lograron guardar todos los collares y accesorios que habían dentro de la bolsa de basura, pero en cuanto a las joyas de Beelko, estas las colocaron en unas maletas especiales que la misma compañía les entregó en la tarde y para finalizar, las demás joyas las guardaron en una pequeña bóveda dentro de la oficina de Zeus.

—Fuaaa... Listo ugh...— dijo Zeus estirándose en su asiento.

De pronto, Hermes saca su teléfono móvil de su bolsillo y sonríe.

—Señor, los agentes de Beelko están aquí— informó calmadamente Hermes antes de levantarse de su asiento.

—¿Ah si?— preguntó Zeus —Bien, que pasen— ordenó antes de tomar su gorro de teniente policía y colocárselo.

La reunión con los agentes de Beelko fue corta, firmaron unos papeles de devolución y procedieron a entregar las maletas con las joyas dentro, claro que verificadas por el mismo supervisor de la compañía, así que una vez arreglado todo, el supervisor pasó a retirarse junto a su escolta armada en una camioneta de lujo, vigilada por más guardias.

—Ufff... menos mal, una carga menos— dijo Zeus viendo a la gente de Beelko marcharse.

En eso escucha un chillido y cuando volteó para ver quién era, recibe de sorpresa un abrazo.

—¡Papiiiiii!— gritó una joven muy hermosa.

—Oh Afrodita, bienvenida querida, pero ¿porqué esta visita tan de repente?— preguntó Zeus a su joven hija, una estudiante de secundaria.

—¡Papi eres injusto!— dijo ella refunfuñando mientras se dirigía al cuartel policial —¡¿Porqué no me llamaste para probarme contigo las joyas Beelko?!— acusó la joven y esto hizo sudar frío a Zeus.

—E-Espera hija, ¿Cómo lo sabes?— preguntó el teniente preocupado mientras iba adentro del cuartel con su hija.

—Hermes me lo presumió, ¡eres tan malo papi!— contestó ella cruzando sus brazos y caminando hasta la oficina de su padre.

Amor Peligroso🎋(Hades x Qin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora