La magia del Mpreg en Twisted Wonderland

Día 19

Serie: Twisted Wonderland

Pareja: Trey Clover & Cater Diamond

Prompt 80: A acaba de tener un bebé no deseado, en un acto desesperado lo deja en la puerta de una casa, huyendo de la realidad, sufre mucho pero acepta que ese niño estará mejor sin él, lo que el destino no sabe es que pasados unos meses, encontrará trabajo en un pequeño café, donde conocerá a B el dueño del lugar, es el hombre de sus sueños, pero... Está criando a un bebé que adoptó inesperadamente, su hijo abandonado en brazos del inesperado jefe de quien se enamoró. Final feliz o triste, queda a su gusto.

Título: Decisión desesperada.

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Una misteriosa silueta parecía esconderse bajo el tenue brillo de la luna, a la vez que leves sonidos guturales se podían oír a través de esa fría y vacía calle. Pasos presurosos se detuvieron frente a una casa que parecía mas distinguidas a las demás.

—Lo siento tanto... —Era el murmullo de un joven hombre mientras sostenía a un bebé entre sus brazos— Sé que estarás mejor con cualquiera que conmigo, no tengo nada que ofrecerte. Perdóname.

Susurró con la voz casi ahogada, sus ojos llenos de lágrimas reflejaban el dolor de la decisión que había tomado, depositando un dulce beso en la frente de su bebé sellaba así esta amarga despedida. Dedicándole una última mirada lo dejaba en la entrada de aquella residencia, tocando insistente el timbre vio como una luz se encendía, señal para salir corriendo y esconderse entre las sombras. Detrás de un poste muy sigiloso observó a unos metros como una pareja salía y tomando a su bebé envuelto en sus cálidas cobijas lo llevaban dentro de la casa.

—Creo que este lugar será un perfecto inicio para mi.

Decía un hombre de jovial carácter cuyo cabello naranja lo hacia destacar entre los demás, a pesar de mostrar una gran sonrisa su mirada parecía reflejar una extraña tristeza que se esmeraba en disimular. Con un bolso llegaba al hotel de una pintoresca ciudad en el País de las Rosas dónde pretendía dar un nuevo inicio a su vida.

—Tienes la actitud, creo que te irá bien en este trabajo —Un amable hombre decía con una sonrisa al estrechar su mano— Será un gusto trabajar contigo, Cater Diamond.

—¡Por supuesto, Trey kun!

Sonriente respondía Cater al ser recibido por el que sería su jefe, el dueño de la cafetería donde empezaría a trabajar, nunca le fue complicado socializar así que atender a las personas sería sencillo, porque su personalidad extrovertida se lo permitía. Por un instante recordó con nostalgia cuando podía sonreír sinceramente con alegría sin aparentarlo como ahora, antes de conocer a ese hombre que lo obligó a hacer lo más horrible que alguien pudiera hacer, abandonar un hijo.

—Oye, ¿estás bien? —Preguntó Trey al ver cómo su gesto cambió a uno sombrío de repente, el otro esbozando una gran sonrisa afirmaba lo bien que estaba aunque no era así.

Cater se sentía a gusto en su nuevo trabajo, su joven jefe era amable y un muy talentoso chef repostero digno de admirar por su buen gusto y creatividad, así que sin darse cuenta empezó a sentirse fuertemente atraído a él, sospechando que posiblemente esa atracción era mutua.

—¡Eres muy talentoso, Trey kun!. Deja tomarte una foto con tu obra maestra. —Comentó alegremente sacando su teléfono se prestaba a tomar una foto a esa deliciosa tarta de fresas recién sacada del horno.