Cap.28 (Mia)

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Estamos de nueve meses, ¡Por fin!

Para la gente se le ha echo muy corto pero para mi esto se me a echo eterno, por un lado quiero que nazca ya pero por otro estoy aterrada.

¿Dolerá tanto como dicen o no será para tanto?, esa es la pregunta que tanto me ronda por la cabeza.

Este último mes mi mejor amiga se la pasó llamándome cada dos por tres con la idea de que rompería aguas y ella no se enteraría mientras que mi mejor amigo se dedicaba a ponerse nervioso porque creía que en cualquier momento rompería aguas, y si os preguntáis yo como estaba..., estaba histérica, con ganas de cogerles la cabeza a estos dos y rodarlas como si fuese a jugar con ellas a los bolos.

Quería estar tranquila pero eso no iba a ser posible, ni a bocas de parir me dejarían tranquila.

Estaban mi querida amiga Abby y mi querido amigo Nick en videollamada planeando mi parto.

- Nick recuerda tendrás que llevarle todo lo necesario en una bolsa para el bebé - le decía Abby mientras Nick lo apuntaba en una libreta

- En serio, no es necesario esto - dije, pero los dos me mandaron a callar

- También cuando rompa aguas...- no les deje terminar la frase.

- ¡Dejadlo ya de una puta vez, cuando tenga que parir pariré y se acabo! - dije ya histérica perdida

- vale dramas - dijo mi amiga

- ¡No estoy harta de que estéis preparando esto como si fuese una puñetera boda, cuando tenga que pasar pasa.... - sentí deslizarse un líquido por mis piernas, inmediatamente cerré los ojos intentando mantener la calma.

- ¡Que asco Mía, te has meado! - dijo un asqueado Nick -

- ¡Nickolas!, ¡Ha roto aguas! - le dijo mi mejor amiga chillando

Nickolas empezó a correr por toda la casa, cogiendo bolsas con ropa para mi, bolsas con ropa para el bebé y mientras tanto yo decidí ducharme, estaba asquerosa y así no iba a ir a ningún lado.

Las contracciones no eran muy fuertes y sucedían cada veinte minutos, en las clases premamá nos explicaron que cuando una rompe aguas no inmediatamente nace el bebé, hay partos que son muy rápidos y en cuestión de dos horas ha nacido o partos que pueden durar días.

A si que yo decidí tomármelo con toda la calma que puede, mientras que Nick y Abby chillaban nerviosos, estaban histéricos por si se le olvidaba algo....

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Poco más y no llegamos al hospital y no porque el bebé venga ya si no porque aquí el susodicho casi nos mata con los volantazos que pegaba conduciendo

- No podrías haber conducido más despacio ¿no?-

- ¡Mia vas a dar a luz que no entiendes! - dijo chillando

En ese momento vino una enfermera con una camilla, me tumbe en ella y me llevaron a una salita como en la que me revisaban a mi bebé con sus geles.

- Buenos días Mia, supongo que la espera se ha hecho larga... - dije con una sonrisa

-Y que lo diga - dije empezando a notar la contracción.

- Vamos a mirar cuantos centímetros has dilatado para que este pequeñín salga - dijo

Espere ansiosa mientras otra contracción volvía, grite ya que estas eran más intensas y dolorosas.

- Estás de ocho centímetros, ya casi estás Mia, calculo en una hora entrarás al paritorio. -

Dicho esto me devolvieron a mi habitación y seguí con mis contracciones dolorosas.

Me dieron la opción de la epidural pero no la quise, ni la quiero, quería que mi bebé naciese de la forma más natural posible.

La hora se me hizo eterna, las contracciones las tenía cada tres minutos y cada vez eran más dolorosas, no sé cuánto más aguantaría con estas contracciones.

La puerta de la habitación que me habían asignado en el hospital se abrió dejando pasar una camilla con suero colgado.

Ya ha llegado la hora

Me tumbe como las enfermeras me indicaban, y me llevaron por el largo pasillo al paritorio, Nick se quedó fuera, quería hacerlo yo sola, había podido con todo sola, pues con esto también.

Me acomodaron en la camilla del paritorio, y volvieron a comprobar cuánto había dilatado.

- Nueve y medio, vamos a empezar, necesito que pujes con todas tus fuerzas Mía - dijo uno de los médicos

Una de las enfermeras se puso a mi lado y me cogio la mano dándome ánimos.

Puje con todas mis fuerzas pero el bebé no salió, volví a intentarlo cuatro veces más, hasta que un llanto inundó toda la sala, mi bebe.

La enfermera cogio a mi bebé, lo envolvió en una mantita y  lo puso encima mío, era lo más bonito que había visto en la vida.

Las siguientes horas fueron agotadoras, me llevaron a mi primero a la habitación y luego trajeron a mi bebé, el cual resultó ser un niño.

- Un mini Nate - dijo Nick riéndose

- No tiene porque ser igual que su padre - le dije a Nick fulminándolo con la mirada. 

- O si, los genes corren por su sangre -

- Cállate Nick - le dije mirándolo con mala cara.

Acomode a mi niño entre mis brazos mientras acariciaba suavemente sus pequeños mofletes

- Eres el mejor regalo que tu papá me podría haber echo -

Enamorada de un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora