Cap.37 (Nathaniel)

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Entro con un humor de mierda, esperando encontrarme a alguien competente en esta empresa con el que hablar y aclarar todo.

Me dirijo a la recepción directo a preguntar por un supervisor, un director, alguien que sepa como funciona esta empresa en la que estoy dispuesto a invertir y confiar para mi empresa. 

- Buenos días, querría hablar con el director, hablé con uno de los trabajadores o supervisores que tienen aquí y no me ayudo en absolutamente nada a si que quiero verme con el director, por cierto soy el Señor Black. - Mi apellido siempre me había ayudado a abrir puertas y esta vez no seria la excepción.

- Buenos días señor Black, deberá subir a la planta quince y allí encontrara un mostrador muy parecido a este, allí le podrán ayudar. - 

- Muchísimas Gracias - digo y me marcho directo al ascensor. 

Mientras el ascensor sube voy creando un discurso en mi cabeza para cuando tenga delante al director decirle, me gastaría decirle que como un profesional ya en este sector con años de experiencia podría ayudarle a mejorar su empresa ya que hay ciertas cosas que considero que no son las mas apropiadas además ofrecerle una alianza de mi empresa y la suya y ayudarnos mutuamente, y si pudiese conseguir entrar en este negocio exactamente en esta empresa y comprar algunas acciones seria lo ideal.

El ascensor se abre dándome una vista preciosa a la ciudad de Seattle desde las alturas, y mirando hacia un lateral el mostrador que la recepcionista me había indicado, me acuerdo al mostrador directo a lo que he venido.

- Buenos días, soy el Señor Black, un importante director y dueño de las empresas Black, querría hablar con su director para tratar de unos temas bastantes importantes. - le digo a una señora de unos cincuenta años más o menos. 

- Buenos días Señor Black, le esperaba, ya me habían informado de que usted estaba aquí, debo decirle que las citas con la directora se deben concertar con antelación ya que la señora Smith no reside actualmente en Seattle, pero esta de suerte porque ha accedido a verlo, a si que puede pasar a su despacho cuando usted guste, ultima puerta a la derecha. - 

- Gracias . - le digo a la señora mayor que tienen como secretaria.

Siempre he sido mas partidario de tener gente joven, da mejor vista, pero la profesionalidad de la señora ha sido admirable, lo mismo me lo tendría que plantear.

Camino por donde me ha indicado la secretaria, y cuando llego a la puerta, la miro de arriba a abajo y suelto el aire que sin ni si quiera quererlo estaba reteniendo, indiscutiblemente estoy nervioso, y no se ni porque. 

Toco suavemente la puerta con los nudillos intentando dar una impresión controlada y entro sin ni siquiera esperar a un pasa o un adelante. 

La oficina es muy espaciosa, de echo es mas grande que la mía, con unos sofás en la entrada negros, unos ventanales enormes que dan vistas a toda la ciudad, una mesa de escritorio central de cristal con dos pantallas de ordenador y todo muy al estilo minimalista. 

Miro mas allá de la decoración y veo a una mujer rubia de espaldas al escritorio, con un vestido blanco ajustado hasta las rodillas y con los brazos cruzados, la miro de arriba a abajo y es imposible no admirar su figura y su culo, tiene una figura que volvería loco a cualquier hombre.

Carraspeo un poco y enseguida esta mujer se gira dejándome completamente atónito y blanco nunca mejor dicho. 

La miro de arriba a abajo pegándole un repaso importándome bien poco que ella se este dando cuenta pero es que llevaba tantos años sin verla que ¿Cómo no hacerlo?

La miro a sus ojos color miel y no puedo sentirme mas superado por la situación, esto no me lo hubiese imaginado en mi vida. 

- Mia.... - digo faltándome hasta el aire. 

- Nathaniel - me dice fría como el hielo y mirando directamente a los ojos. 

- Yo... - carraspeo intentando encontrar mi voz 

- Yo no me imaginaba verte aquí, no sabia que la señora Smith eras tu. - digo sentándome en la silla de enfrente de su escritorio. 

- Compartimos mismo sentimiento, yo tampoco me imaginaba que la cita tan importante que no tenia espera fueras tu - me dice con evidente tono de cabreo en la voz. 

- Lo siento si te he interrumpido pero a quien tienes como ¿jefe? no me supo aclarar nada y esperaba que alguien que supiese mas me lo pudiese aclarar... - 

- Espero entonces que yo si te lo pueda aclarar -  me dice tomando asiento ella también en su silla. 

- Mia yo acorde que yo contrataba vuestros servicios a cambio de comprar unas cuantas acciones - se acomoda en su silla y me mira directamente, diría que tiene hasta una mirada mas desafiante y cansada. 

- Mira Nathaniel, entiendo que quieras expandir tu empresa, invertir en otras y formar un imperio en todo Seattle, supongo que tus intenciones son que prácticamente todo Seattle sea tuya y seguro que muchos dueños de otras empresas están encantados con esa idea tuya pero ese no es mi caso desde luego. - dice mientras se levanta y se pasea por la oficina 

- Esta empresa fue fundada por mis padres, por mis difuntos padres, una empresa que les costo mucho sacrificio levantar, una empresa que les llevaría a tener la vida que siempre soñaron y poder rodearnos de lujos y comodidades, no fue así evidentemente por su accidente, a si que me toco remontar esta empresa que es lo único que me queda de ellos en esta vida y que no voy a echar a perder ni por ti ni por nadie. 

- Nickolas es la persona que se encarga de llevarla, una persona de mi entera confianza, mientras que yo sigo con lo mío en Sídney, el esta aquí llevándolo todo, hizo bien en informarme de tus planes aunque evidentemente no sabia que se trataba de un Black, de haberlo sabido desde un principio le hubiese dicho que ni de coña. - 

La miro entre embobado y asombrado de la capacidad que tiene de hablar y de expresarse sin importarle una mierda el que yo este aquí o peor, que yo no sea capaz ni de decir ni una palabra. 

- Mia, yo no sabia que esta empresa era tuya, de echo pensaba que la empresa de tus padres la habías vendido o algo, yo sigo con lo mío, pero si me interesaba hacer algo más en la vida. -

Me levanto de la silla y me acerco a ella hasta tenerla a unos pocos centímetros. 

- Mia me encantaría poder hablar de todo lo que nos paso, de todo este tiempo y de donde quedamos nosotros, porque es evidente que hoy cuando nos hemos vuelto ver algo ha pasado aquí entre nosotros, aquí dentro - digo señalándome el pecho  

Si algo tengo claro es que ella es mi debilidad y ahora que la tengo aquí no la voy a dejar escapar es mi momento de mostrarle que no soy el capullo de antes y que si me pide cualquier cosa lo dejo todo por ella. 

Porque así es el amor, cuando te cambia, te cambia para siempre.




Enamorada de un MafiosoWhere stories live. Discover now