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◖ Lágrimas doradas, pieles cayendo a los suelos y un joven que todo lo ve.
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⤷ ༄ Créditos a la autor/a original: @ctaelips
⤷ ༄ Joshua / Top
⤷ ༄ Jeonghan / Bottom
⤷ ༄ ADAPTACIÓN
⤷ ༄ Finalizada
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Sabor metálico.
Dorado.
¿Plumas doradas?
¡Plumas doradas!
Un cuerpo tendido en el suelo...
Oscuridad.
Jeonghan odiaba despertar en lugares desconocidos, y es algo que aprendió con la experiencia. Porque jamás en su vida pensó que podría ocurrirle tantas veces en el mismo año, en la misma cantidad de meses. Con cuidado movió cada uno de sus dedos tratando de detallar la superficie, parecía una tela suave y cálida. Un colchón, una cama, ¿De quién?
Abriendo lentamente sus ojos se encontró directo con la luz de la media mañana colandose por la ventana. Tenue y exquisita, con varias partículas moviéndose por el aire de la habitación. Parpadeó un par de veces intentando recordar.
Alas doradas.
— Ay no...
Un demonio.
— No no...
Un cuerpo.
— Joshua... —Susurró tratando de encontrar un equilibrio y con la poca fuerza de sus codos trató de elevar su cuerpo. Pero volvió a caer a la superficie logrando que su cabeza rebote en ligeros toques. Sólo podía sentir los gritos atroces de Joshua en sus oídos, cantos errados y Seungcheol llorando sobre él. Todo aquello ocurrió antes de quedar inconsciente. Entonces...
Escuchó la cadena de un baño y en seguida una puerta se abrió. Los pasos se acercaron a él con velocidad al notar los leves párpadeos, la forma en la que intentaba acostumbrarse a la luz.
— ¡Despertaste! —Escuchó la voz gruesa de Woozi sonriendo ligero, que se sentó a su lado sobre el lecho y en seguida notó algo impactante.
Algo que cambió para siempre su existencia.
Su piel era suave y tersa, blanca como la superficie de un papel. Sus ojos eran de un extraño matiz que no pudo descifrar, pero era normal. Al igual que su cabello rubio hasta las orejas y los labios carnosos y la fina nariz. Todo en él se veía malditamente normal, todo.
— Woozi... Te veo... Te veo bien... —Susurró incrédulo y luego sonrió ligero, retomando la fuerza de algún patrón extraño dentro de su cuerpo. De la felicidad desbordante que sentía de repente por dejar de ver las cosas tan asquerosas, por ser por fin alguien normal en un mundo lleno de destrucción. Con debilidad marcada en sus facciones lo abrazó sobre los hombros y ocultó su rostro allí, y oyó las pequeñas risas de Woozi.
— Me alegro tanto por ti Hannie, tu ojo ahora ya no tiene nada blanco. Es totalmente celeste, es como si miraras al cielo... —Dijo en voz baja y el menor desplegó una pequeña carcajada de alegría. Una que por fin lo hacía respirar en paz, lo hacía sentir vivo y bien. Por fin algo dentro de su existencia salía bien —. Joshua te curó.