Hay quien dice que nada es lo que parece, yo digo que nada es verdad
Hay quien dice que todo vale en el amor y la guerra, yo digo que todo está permitido
Mi nombre es Cody Anderson, y esta es mi historia
Casi todos los personajes de esta historia n...
- Chris: No os preocupéis todo va según lo previsto... no todavía no he mandado a nadie allí... ¿Qué? ¡no, la isla es muy peligrosa estos críos no aguantarían ni dos horas! ... no me dstoy rajando, haré un desafío a esa isla en unas semanas, por eso están loa desafíos anteriores otra mantener a los más capaces, bien os informaré de mis progresos en unos días... que el padre del entendimiento nos guíe - guardó su teléfono - más vale que lo que haya en esa isla sea lo que queremos, sino todo este esfuerzo no valdrá para nada - cogió un vaso de licor y dio un sorbo - bueno, sino sale bien, al menos me haré de oro con este programa jeje.
Chris estaba en su remolque deseando después de haber terminado de grabar, había recibido una llamada de sus conpañeros preguntando por sus progresos, exigiendo avances en la isla de los huesos, Chris pensaba que lo tenía todo controlado, pero no sabía que un encapuchado bajo su ventana había escuchado toda su conversación.
- Cody: "Así que una excursión a la isla de los huesos, yo eso no me lo pierdo" - y se alejó de allí.
Tras el desafío del dodgeball Cody se había infiltrado en el remolque las últimas dos noches, mo pudo encontrar más documentos de los planes templarios, pero resultaba muy entretenido escuchar las conversaciones de Chris con sus colegas de la orden, quienes pedían informes constantes del progreso en la isla, y también pudo averiguar que eran las leyendas en un documento que no le dio tiempo a leer la última vez.
Los registros antiguas cuentan como los aborígenes locales hablaban sobre un espíritu maligno, un ser incorporeo que los observaba a todos, y se vengaba de aquellos que osaran ofenderle, daba igual donde te escondieras, él te encontraría. Un poder semejante en manos de los templarios sería fatal para la hermandad, debía encontrarlo antes que ellos, pero el geek sabía ser paciente, y su mejor baza para explorar sería esperar al desafío que iba a ser allí, por el momento abandonó su escondite y volvió al campamento.
A la mañana siguiente, el pelicastaño se levantó temprano, se puso su "disfraz" y salió para respirar una buena bocanada del fresco aire de la mañana, entonces escuchó un graznido en la lejanía.
Al oírlo, Cody centró su vista a lo lejos y vio a un ave aproximándose hacia el, hasta que aterrizó en un poste del muelle. Cody fue hasta ella para verla de cerca y pudo reconocer a la especie.
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- Cody: ¿Un azor? - El ave al verlo saltó hasta su brazo - ¡Oye!, ¿eh?
Cody se fijó que el azor llevaba atada a una de sus patas una cuerda con una cajita que tenía una carta en la que ponía "Cody", el chico cogió la carta y la desplegó como pudo para leerla, su contenido lo dejó de piedra.
