Capítulo III

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Alexandra

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Alexandra

“Existen los días en los que siento que me ahogo y me va a llevar la marea y otros en los que tan solo siento que puedo contra cada obstáculo que me pone la vida”.
Fragmento del diario de Alexandra.

—Los vamos a encontrar pero para lograrlo debemos continuar con las investigaciones. Recuerden que debemos mantener un perfil bajo —digo desviando la mirada de la ventanilla hacia ellas—. Charissa y Selene necesito que investiguen todo lo relacionado con los túneles de suministros —pero y si…—; además mantengan vigiladas cada entrada y salida junto a los miembros del escuadrón. Estoy segura que en esos túneles vamos a encontrar alguna pista ya sea física o alguien vinculado a los traidores.

—Entonces, si nos lo permites vamos a reunir a nuestras guerreras de confianza en el scuadrón para comenzar las investigaciones —dice Charissa.

—Perfecto, Charissa tengan mucho cuidado no sabemos quién o quiénes podrían estar detrás de todo —hago una pausa recibiendo un asentimiento de ella y Selene—;estén atentas a cada individuo que transite por los túneles. Eso es todo, pueden retirarse.

Charissa y Selene comienzan a retirarse mientras que yo desvío mis pasos hacia el extremo de la habitación.

—Todo lo que les voy a decir es de total confidencialidad. Confío plenamente en ustedes para que lo que les diré las únicas personas que tengan conocimientos de ello seamos nosotras tres —digo deteniéndome frente a Berenice y Cassia.

Una hora después.
Salón de reuniones del Consejo.

—Hija es una locura lo que planeas hacer esto podría desencadenar la muerte de miles de nuestros habitantes.

—Padre, lo haré con o sin su autorización necesitamos encontrar a los culpables de lo acontecido dos noches atrás —un leve suspiro sale de mis labios debido a la manera tan atropellada que hablé—; esas familias merecen una respuesta y puedes contar con la total seguridad de que haré todo lo que esté en mis manos para darles a esos fallecidos la justicia que merecen.

El rostro de mi padre comienza a teñirse de un matiz rojo carmín.

Lo siento, pero voy a descubrir la verdad.

—Alexandra, antes que tu padre soy el monarca de Zirevia y estás bajo mis órdenes. Toda orden que dicte debe ser acatada en su totalidad.

Con paso ligero pero seguro comienzo a acercarme hacia él observando como en su rostro se encuentra plasmada la lucha que lleva consigo desde el asesinato de Adara.

—No me va a suceder nada padre, pero nunca me perdonaré haberme quedado de brazos cruzados mientras que masacran a nuestro pueblo sin razón alguna. Solo te pido que me des la autorización para ir con Berenice y Cassia a Drosrovia en busca de respuestas, alguna pista sobre quién podría haber osado traicionarnos.

Sangre en la oscuridad (Tormenta de sombras y cenizas Parte I)#PGP2024Where stories live. Discover now