Epílogo

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Narrador Omnisciente

- Aki, ¿Guardaste el bloqueador?

Una hermosa omega envuelta en aquel conjunto de dos piezas para el verano ingreso a la habitación de su primo para verlo acostado en la cama jugando con su consola.

- Si.

Yuko suspiró para entrar del todo y tomar el aparato.

- Aki, ¿Es enserio? ¡Ya nos vamos!

El omega refunfuñó sentándose en la cama.
Aunque un aroma a cedro hizo presencia en el pasillo alertando al omega que observo expectante la entrada de su habitación. La omega lo notó y solo pudo rodar sus ojos para acercarse a la maleta del omega verificando que lleve todo y guardar la consola.

- ¡Akira!

El grito del musculoso alfa resonó por la habitación haciendo doler la cabeza a Yuko, pero sonrojando al mencionado.

- Hola, Keitaro.

Akira admiró a su alfa acercándose a él con emoción casi tirándose de rodillas al frente suyo para abrazarlo.

- ¡Akira! - lloriqueo haciendo suspirar a Yuko, ahí viene el llanto, piensa la omega - Kaito me dijo que no querrás dormir en la misma cama que yo, ¿Es cierto?

Akira rodó los ojos divertido porque a pesar del alfa tener ya 20 años sigue con su actitud infantil, aunque ha tenido la oportunidad de verlo serio y profesional y debe admitir que todas sus facetas le gustan.

- ¿Desde cuándo le haces caso a lo que diga Kaito?

- Tienes razón - se encogió de hombros apretando el abrazo en su torso. Akira solo pudo reír, esa era la excusa por su atención el día de hoy.

- Lamento interrumpir tus lloros, Keitaro, pero ya toca irnos por si no recuerdas.

Keitaro gruñó molesto, pero eso ni inmutó a la omega ya acostumbrada a las actitudes de su primo.

- Vamos, Keitaro.

El omega extendió sus brazos y este solo pudo sonreír amplio para soltar el abrazo y darse la vuelta para el Omega subirse a su espalda.

¿Ventajas de ser un omega pequeño con un alfa grande? No necesita gastar energía caminando.

Yuko volvió a suspirar para extenderle la bolsa de Akira al alfa, este la tomó sin problema y salieron de la habitación.

Yuko los siguió detrás para ir verificando cada habitación, encontrándolas vacías, dándole señal de que ya todos están abajo.

Hoy como es tradición de año nuevo, recibirán el primer amanecer del año en la Isla del Hanakotoba.

Toda la familia y amigos se reúnen allí desde el 30 hasta el 1 para disfrutar de la renovada isla y darle la bienvenida a un nuevo año. Manteniéndose despiertos toda la madrugada del 31 al 1 para admirar el amanecer y dormir casi todo el 1 para seguir la celebración en la tarde.

La entrada de la mansión está llena de maletas que poco a poco los alfas van metiendo en los autos.
Cómo la familia ahora es más grande, crearon un puerto personal un poco más adelante del pueblo pesquero donde tienen estacionamiento privado y varias lanchas para uso personal.

Sarui, ya no tan joven, se sigue encargando de los cuidados de la isla y con esa buena paga ha logrado enviar a su hijo a Tokio para la universidad.

Una tranquila niña de seis años camina hasta el auto de sus padres para abrir la puerta y sentarse dentro viendo por la ventana a todos moverse de aquí a allá guardando las cosas.

OPERACIÓN OMEGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora