Dollverse

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DualityVerseWeek

ANGST

Izuku y Katsuki se conocieron prácticamente desde pañales, sus madres se hicieron mejores amigas cuando se conocieron en la secundaria, nunca se separaron. Al punto que aún cuando ambas tenían novios, ellos nunca las distanciaron y si intentaban hacerlo, la solución era fácil, lo terminaban. Así fue hasta que encontraron a los adecuados, Hisashi y Masuru llegaron para ser parte de ellas, no para imponer, ellos sabían lo importante que era su amistad al punto de que planearon entregarles el anillo al mismo tiempo.
El matrimonio si fue separado porque querían que ambas tuvieran la experiencia de ser la protagonista en su día, pero eso no impediría que planearan más cosas juntas, como tener hijos al mismo tiempo, así lograron tener a sus pequeños clones de la misma edad. Cómo si fuera maldición, se hicieron muy unidos con el pasar de los años, era mirar a Mitsuki y a Inko otra vez, pero desde más pequeñas, aunque algo cambio.
Izuku fue diagnósticado con anemia aplasica cuando el pequeño no podía seguir el ritmo de Katsuki, se agitaba, no podría respirar bien y ese dolor en el pecho era horrible y el trauma fue peor cuando el pecoso cayó desde un árbol y el sangrado no paraba. Fueron con Inko y ella llevo a su hijo al hospital para enterarse de esa fea noticia, entonces todo en su cabeza inicio a conectarse, los moretones que aparecían en su cuerpo, las agitaciones, su piel pálida, como se enferma con facilidad, su perdida de apetito ¿Cómo no pudo darse cuenta que su bebé estaba enfermo? Todo se fue de picada, Hisashi pidió el divorcio y se alejo, con la excusa de qué él "No podía con ese paquete" e Izuku se culpó de esa separación dónde escuchaba a su madre llorar todas las noches. A sus cortos cinco años, Izuku supo que era una carga y se sentía tan mal por no poder hacer nada, no mejoraba en su salud, su anemia era agresiva y lo único que lo mantenía un poco estable eran las transfusiones de sangre, pero si no encontraban algún donador de médula ósea, continuaría sin sanar. Es hijo único, su madre no es compatible y ninguno de los Bakugo que se ofrecieron sin dudar para ayudarlos, las opciones eran muy pocas.
Izuku soporto tres largos y cansados años, hasta que su cuerpo no soporto más, no parecía de ocho años, su enfermedad lo comió por completo, esa madrugada simplemente su corazón dejo de latir entre sueños, por fin pudo descansar.

Katsuki aún no lo creía, a pesar de estar frente al ataúd, en su mente estaba ido, apenas la noche anterior, compartieron su noche de películas como todos los viernes, dónde a pesar de su corta edad, el rubio estaba completamente seguro que lo quería más que un amigo, era su todo, Izuku le prometió que no lo dejaría, que estaría siempre con él entonces ¿por qué está dentro de ese ataúd? ¿Le está jugando una broma? ¿Está solo dormido? Sí, eso debería ser, porque su Izuku nunca lo dejaría, él no es de esa manera, siempre cumple su palabra, así que esto es una pesadilla.

Se levanta para caminar con un leve temblor, su pulso se acelera con el temor de mirar al pecoso,  sabía que si lo miraba aceptaría su partida. A pasos pesados, por primera vez miro al piso hasta estar frente a la caja, dónde lentamente volteo encontrando a su fiel amigo y primer amor, en ese frío lugar, pero ya no estaba pálido, sus mejillas tienen un hermoso tono rosa junto a sus labios, su cabello bien peinado y podría jurar que tenía una ligera sonrisa. La imagen empezó a hacerse borroso, sintió impotencia cuando quiso tocarlo y un vidrio lo separaba y aún así, colocó sus dos manos sobre él. Pequeños sollozos salían de su roto corazón, pego su frente un momento mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas, muerde su labio inferior con rudeza, no quería llorar con tanto escándalo pero estaba destrozado, un hueco nació en su pecho, un vacío enorme, se sentía de una manera que nunca había pensado, estaba destrozado.
Regresa su mirada hacia Izuku, recargando la barbilla sin poder mirarlo bien por sus lágrimas, acaricia sobre el cristal sobre una de sus mejillas.
—De...Deku...— Lo nombra en un susurro con dolor, se fue, él se fue.

Unos brazos rodearon sus hombros y besaron su nuca. Era su madre, olió su perfume.
—Vente niño. — Katsuki negó de inmediato. — Te estás haciendo daño, Izuku no le gustaría verte así, no sufras, él está descansando. — Trata de consolarlo a pesar que ella también llora en silencio y su voz sale entrecortada.

One shots❤️Where stories live. Discover now