Nayeon es brillante, hermosa, popular, amable, admirada y temida por todos.
Bueno, a nivel académico no podemos decir mucho, maquillándose en clases, charlando con sus amigas y escribiendo por el celular. Nunca tuvo problemas a pesar de ello, pues c...
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—Jeongyeon, no voy a poder ir para año nuevo...
El garabato que estaba haciendo en la mesada con una cuchara mientras hablaba con Nayeon se ve abruptamente interrumpido cuando estampo la cuchara en la mesa.
—¿Qué?
—Papá dijo que estoy saliendo mucho últimamente, que ni siquiera en navidad me quedé con la familia y... lo siento mucho. —su tono de voz es suave y noto la tristeza en él.
Solo puedo sentir una horrible molestia en mi pecho y mi ceño fruncirse en molestia y frustración.
—¿De verdad, Nay? Chae y Hyo van a venir...
—Lo siento mucho, Jeong. De verdad quiero ir pero mi padre me regañó y me afectó bastante...
Suspiro hondo. Nayeon me ha dicho que su padre intenta ser estricto, pero eso no había sido obstáculo para nuestras salidas hasta ahora.
Justo cuando estoy más ansiosa por verla...
Había estado preparando comidas que sé que le gustan además de más cosas para estar junto a Chae y Hyo. ¡Incluso tengo mentalmente ensayado un discurso para agradecer el año que he tenido con ellas!
Desde navidad no veo a Nayeon y mentiría si dijera que eso no me inquieta. Luego de ambas haber revelado algo tan personal no es lo esencial pasar más de una semana sin verse las caras. ¡Mucho menos luego de haber visto su cara después de haberme confesado eso! Parecía de verdad pensar que le podría tener un asco profundo.
—Está bien, Nayeon. Podemos solo llamarnos después de las doce. —admito que mi voz salió más decaída de lo que yo quisiera, pero se me es inevitable.
Por un momento hay un silencio en la línea, cuando voy a verificar de que no me haya colgado, Nayeon detiene mi acción.
—Jeongyeon, ¿Estamos bien? —Su voz ahora se escucha más baja, precavida.
—Claro que sí, ¿A qué te refieres?
—Yo... lo de navidad puede resultar algo difícil de digerir...
—No sé que quieres decir, Nay —admito—. Lo de navidad fue solo lo que me demostró que somos buenas amigas.
—No sé, ¿No fue muy de la nada? ¿No piensas nada raro de mi?
—Sigo sin saber que quieres decir, pero no estoy rara ni nada contigo, Nayeon. Eres de las mías, ¿Por qué te alejaría por eso?
—No lo sé... quizá tonterías. —nuevamebte hay algo de silencio—. De verdad me hubiese gustado pasar año nuevo contigo... y las chicas.
Volteo hacia la mesada, dónde se encuentra el pay de calabaza que había preparado para la noche. Suspiro hondo e intento sonreír.
—A mi igual, pero no tienes que molestar a tu padre, ¿Sí? Quédate tranquila, nos llamaremos en la víspera.
