5 - Si quieres venir

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Ya casi no puedo respirar

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Ya casi no puedo respirar. Mi abdomen tiembla al mismo tiempo que mi voz se va volviendo débil; sin cambiar la nota, pero amenazando con que termine antes de lo debido.

Entonces el teclado se detiene, dándome la señal: Ya no tengo por qué sufrir; puedo dejar de cantar. Entonces lo hago e intento convencerme de que fue todo un logro poder llegar hasta el final de la canción, pero de todas formas no logro quitarme de la cabeza que lo hice mal. Lo hice mal en frente de unas ochenta mil personas, y entre ochenta mil personas, debe haber al menos una que lo haya notado; no todos pueden ser ignorantes en una multitud tan grande.

Pero parece que lo son, porque todos aplauden; es un ruido tan fuerte que a momentos logra opacar el solo de guitarra de Andy y la calmada batería de Chloe. A los segundos, se detienen y aprecian las últimas notas de la canción. Andy se detiene y hace una reverencia; lo considero una señal para hacerlo también; luego alzo un brazo, con el micrófono atrapado en el puño, y lo sacudo de lado a lado en una despedida mientras camino de espaldas, dándome la vuelta en cuanto me doy cuenta de que ya estoy muy cerca de la batería.

—¿Lo hice bien? —pregunto una vez estamos detrás del escenario, solo para quitarme la necesidad de hacerlo. Respiro hondo mientras espero la respuesta.

—¡Claro que lo hiciste bien! —exclama Chloe, acercando su palma hacia la mía; entonces choco los cinco con ella, y unos segundos después, también con Andy y con Mason.

—Lo hiciste muy bien, Mercy; te admiro mucho —pronuncia Mason, y se escucha sincero; incluso sonríe de forma sincera.

—¡Yo también te admiro! —exclama Andy, abrazándome con fuerza sin previo aviso, y poco después, siento más brazos a mi alrededor; Chloe y Mason se unieron al abrazo, y Hayley nos mira de lejos como si quisiera unirse. No obstante, no lo hace.

—Gracias, gente —murmullo mientras me relajo, aceptando por completo el abrazo. Una vez se me quitan de encima, les pregunto—: ¿Vamos con el público?

A Chloe se le iluminan los ojos.

—¡Claro que sí!

Andy y Mason se encogen de hombros y proceden a seguirnos; nos escabullimos entre la multitud para tomar asiento en un sitio aleatorio y esperar, sonrientes, ansiosos por ver el acto principal.

Andy y Mason se encogen de hombros y proceden a seguirnos; nos escabullimos entre la multitud para tomar asiento en un sitio aleatorio y esperar, sonrientes, ansiosos por ver el acto principal

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Un beso y nuestra canciónWhere stories live. Discover now