61 - Extra 5 - Especial Emilio

176 30 1
                                    








¿Felicidad?

Esa palabra no es lo suficiente para describir lo que siento, y ninguna sería suficiente, porque lo que siento es mucho más que eso. Porque lo que siento es mucho más que maravilloso, increíble, y mucho más que cualquier otra palabra. Porque despertar cada día junto a ese hombre que me cambió la vida es lo mejor del universo. Porque ese hombre tiene el poder de hacerte feliz con sólo una sonrisa, y sus sonrisas sólo son para mí, al igual que sus caricias, sus besos, sus abrazos y su amor. Y soy más que feliz, porque tengo al mejor hombre que ha existido.

Verlo jugar con Lewis, es algo maravilloso. Y estoy muy seguro que Lewis ama a Joaquín tanto cómo yo lo amo, porque la felicidad del pequeño cuándo vé a Joaquín es increíble, y no lo mal piensen, no me siento mal que nuestro hijo adore más a Joaquín, porque yo lo entiendo. ¿Cómo no amarlo? Me sentiría mal si Lewis no lo amara. Y verlos jugar ahora mientras el bebé reía con su característica risa que sólo sacaba con Joaquín, verlos así, era lo mejor que podía presenciar. Pero yo soy egoísta y quería más, no sólo quería a Joaquín en mi vida, también quería un mini Joaquín. Uno igual de hermoso que él, uno igual de perfecto, igual de amable, cariñoso, simpático, carismático, todo lo que define a mi marido. Mi Joaquín.

— Tengamos otro — dije sin pensarlo más.

Joaquín dejó de prestarle atención al bebé que estaba entre sus piernas y me miró con su gran sonrisa y preguntó:

— ¿Otro qué?

— Otro bebé, amor — respondí —. Pero uno tuyo — aclaré.

Joaquín abrió sus ojos de par en par, algo sorprendido por mi petición, pero su sonrisa seguía ahí. Porque sin importar lo estúpido que sea, ó las locas ideas que tenga, él siempre me sonríe.

— ¿Quieres otro bebé, y que sea mío?

— Sí.

— Emilio... Entiendo tu entusiasmo, ¿pero no crees que Lewis es muy pequeño todavía para otro más?

Y lo pensé, y claro que tenía razón, pero otra idea invadió mi mente.

— Pero jugaría con Lewis. Sabes que Benjamín y Ana Julia son grandes y no van a querer jugar con un niño, además, ellos deben preocuparse por sus estudios — respondí muy seguro de mi idea. Y Joaquín lo pensó.

— Entiendo... Pero nos costó mucho encontrar una mujer que alquile su vientre, y esa vez te ví muy estresado...

— La encontraré — aseguré.

— ¿Pero seguro que quieres uno mío? A mí no me molesta, podríamos tener otro tuyo, seguro tienes mejores gen...

— Quiero que sea tuyo — interrumpí —. No me importa sino tienes buen gen, y estoy muy seguro que tienes unos excelentes. Pero quiero un mini Joaquín ó una mini Joaquín, lo que salga me hará feliz.

Joaquín me miró fijamente a los ojos, tratando de ver si estaba bromeando con él, y cuándo se dió cuenta que no había bromas tras mi petición, asintió lentamente.

— ¿Me das éste mes? Yo necesito pensarlo bien... — habló con cierta pena, algo que hizo que me removiera en el asiento. Tal vez se dió cuenta y añadió rápidamente: — No es que no quiera tener otro... Sólo que eso es muy apresurado, ¿no crees? Y... Los dos trabajamos y no quiero que crezcan sin el amor de sus padres... Tendría que pensar en una forma en dónde podamos cuidarlo...

— Lo haremos, amor. No crecerán sin el amor de sus padres, créeme — le aseguré.

Joaquín lo pensó por unos momentos, pero terminó asintiendo. No pude resistirme, así que me levanté y lo abracé con fuerza junto con nuestro bebé. Lewis era mío, estuvimos de acuerdo en tener un hijo propio, y lo pensamos, meses después buscamos una mujer para que nos diera la oportunidad de tener un bebé, y estoy muy seguro que ahora encontraremos otra.

DESCONOCIDO // Adaptación Emiliaco Where stories live. Discover now