Ashido no dejaba de seguir al rubio. A dónde sea que se moviera, ella estaba detrás suyo como un pequeño cachorro tras su madre.
—Sí, Ashido. Si te daré la paleta –respondió irritado, finalmente.
Termino de colocar el betún sobre el pastel, entregando la paleta a la chica, junto al resto de betún que dejó ahí. Y Ashido como si de un mapache fuera, salió corriendo con el bowl entre brazos, yendo específicamente con Denki diciendo; "Mira lo que tengo y tú no".
Katsuki tomó una cuarta parte del pastel, dejándola en una plato. Tomó dos tenedores y fue directo a las habitaciones, más específicamente, la de su novio.
Hoy era de esos días en que no sentía sueño en lo absoluto, y aprovechando que el día siguiente era sábado, decidieron pasar la noche observando películas.
Con un poco de complicación abrió la puerta, cerrando detrás suyo una vez estuvo dentro. Lo primero que observó fue como su novio arreglo un poco para que todo estuviera en completa oscuridad, excepto por el brillo de la computadora. Fuera de eso, todo estaba perfecto.
—Ven aquí –su novio palmeo su pierna.
El rubio soltó una pequeña risa y fue a sentarse entre las piernas de Shoto, mientras este los envolvía a ambos con una cobija, cuidando de no mancharse con el pastel.
—¿Lo hiciste tu solo, verdad? –no es que desconfiara, pero los chicos tenían una peculiar manera..
—Sabes que sí. Ó, ¿te lo comerías más conforme sabiendo que hubieron segundas manos? –alzó una ceja volteando a verlo.
Shoto negó.
Se acercó y beso su mejilla. Al separarse, cruzaron miradas por unos segundos, hasta que el mayor se desvió hacia abajo, yendo directo a los labios de Katsuki.
—No –colocó una mano sobre sus labios–. Si te dejó hacerlo, iremos hasta el final. Te conozco –sus cejas estaban arrugadas, pero el sonrojo en su rostro para Shoto era una invitación a tener coito.
"Sí. Follame. Lléname de tu semen, lo quiero todo".
Oh dios. Podía sentir su pene endurecer.
—No, solo quiero besarte. Algo pequeño, ¿no puedo? –estaba mintiendo.
—¿Sabes que puedo sentir tu verga, no es así? –cerró sus ojos mientras negaba–. Okay, pero primero, veamos una película. No cancele mi horario hoy día solo para coger.
Dió un corto beso en los labios de Shoto, acomodándose rápidamente en su pecho, viendo a la computadora, quitando la pausa para finalmente poder ver la película. Esperaba fuera una de terror, y que sea buena. De lo contrario, si tendría que coger cómo última opción.
—¿Pero si me vas a dejar meterla? –fue la voz de Shoto quien interumpio aquel agradable silencio que se formó.
Katsuki no hizo más que soltar una carcajada y tomar el rostro de su novio en sus manos.
—Sabes que sí, idiota. Pero cuando la película termine.
Dejo pequeños besos en los labios y la barbilla del mayor.
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