Está vez Shoto quiso intentar ser quien organice la actividad de la noche. El problema es que no se le ocurría nada.
Ver películas no era alguna opción. Sin importar cuál fuera, había un punto en que Shoto se aburría y prefería besar a su novio, para terminar teniendo sexo.
Los juegos de mesa.. Katsuki detestaba algunos. A veces perdía, y terminaba rompiendo el juego.
No tenían permitido las salidas a esas horas de la noche, excepto por el patio. Pero tenían clases al día siguiente, así que no podría ser. Entonces, recordó aquellas viejas témperas acrílicas que su hermana le había obsequiado en un cumpleaños.
Katsuki disfrutaba pintar de vez en cuando. Las témperas podrían ser buena opción.
—¿No tienes mandil, cierto?.– cuestiono levantándose de la cama.
-—Sólo el de cocina. ¿Cocinaremos?.– curioso observaba cada uno de los movimientos de su novio, esperanzado de encontrar alguna pista de su actividad de hoy.
—Entonces... ponte esto encima de tu ropa. Ya no la uso, así que no tendría problema.– dijo pasando una camisa negra.
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No pudo evitarlo y termino sacando muchas fotografías de su pareja. Se veía tan lindo estando concentrado en su cuadro. Y él, él se quedó embobado mirando a Katsuki y no llevaba ni la mitad de su boceto. Al contrario de Katsuki, quien estaba incluso por terminar el suyo.
El rubio se percató de ello. Ya no había notado, pero no dijo nada, pues eran vistas de reojo. No sabía que de verdad no estaba haciendo nada.
Tomó una de las témperas y paso el pincel, cargando de pintura los pelos.
—Oye.
—¿Si?.– su nariz fue pintada.
Cerro los ojos y rió. Tomó otro pincel e hizo una línea en la mejilla de Katsuki. El muchacho tampoco iba a dejarse. La mancha que hizo a Shoto era bastante pequeña a comparación de la que su novio me hizo.
Tomó un poco más de pintura, y dejo una línea más en su rostro.
Así estuvieron hasta que Shoto terminó encima de Katsuki, sujetando sus muñecas sobre su cabeza. Katsuki solo sonreía, mientras Shoto hacia un corazón en un espacio limpio cerca del pómulo.
Al terminar, dejó el pincel, y sujetó la barbilla de una manera suave, dejando un beso en sus labios. Katsuki al notar que el agarre se suavizó, pasó sus brazos alrededor de la nuca del bicolor. Acercando sus cuerpos y mordiendo el labio de su pareja.
—¿Quieres hacerlo...?
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Muero de sueño, lo siento (saben que cuando termine esto corregiré los errores)
