Katsuki estaba en su habitación, acostado en su cama mientras colgaba la cabeza. El cuarto estaba iluminado por la lámpara en su mesa de estudio. No era mucho, pero era agradable.
La razón por la que estaba ahí, es porque Shoto le comento de una película que podrían ver juntos, y a quien le diera miedo o soltara un solo grito, dormiría en el suelo. Acepto el reto, obviamente.
Se pusieron de acuerdo en la división de bocadillos, dónde cada uno pondría chucherías, comida y bebidas. Agradeciendo ese momento a sus padres, quienes le enviaban ese tipo de chucherías y refrescos, entonces así no tuvo que ir a buscar a la tienda. Cosa que Shoto sí.
Estaba por comer una gomita, cuando la puerta de su habitación fue abierta. Shoto entro con una mochila en su hombro.
—¿La encontraste?– pregunto, refiriéndose a la película.
—Ahí está– señaló la televisión frente a su cama.
—Bien– paso la mochila al frente, sacando dos trapos–. Me encontré a mi hermana en la tienda y me dió esto, toma.
Katsuki lo tomo, notando que se trataba de una pijama. Dos pijamas, de hecho. Shoto tenía otra.
Shoto le hizo un gesto, diciendo que fuera a ponérsela, él se pondría la otra.
—¿Cómo sabía tu hermana mi talla?.
—Haz dejado ropa en casa– respondió dudando en poner la parte de la camisa o quedarse así, debido a que tenía calor.
—Así.
—¿Cómo?– rió ante una posible suposición.
—Nada, es, no.
Ante la vergüenza de que sus labios pronunciarán lo que creyó solo pensar, simplemente subió a su cama y se cubrió con la cobija, acercando la chuchería.
Shoto rió bajo, subiendo a su lado con solo el pantalón. Cuando le de frío se pondrá la camisa del pijama, por lo tanto, así estaría.
—Quien no podrá dormir hoy, seré yo– comentó Katsuki al notar que se quedó solo en pantalones.
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