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06 De Septiembre...
Sofía.


—¡Bonito Sofía! —Pego un brinco en la cama al escuchar una voz que prácticamente está gritando, es Lionel ah, ahh es Lionel coño—. ¿Qué pasó que no haz ido al entrenamiento?.

—En eso estornudo, su cara se torna en una preocupación viene y me toca la frente—. Disculpa, deja y me arreglo, disculpa de nuevo.

—No que disculpa, hija tenés fiebre te entiendo.

—Sí pero tengo que ir hacer mí trabajo.

—No te preocupés igual no sos la única que puede tomar las fotos, dejáme y arreglo eso, andá y tomá medicamento, reposá, cuándo termine todo vengo y te ayudo —Le sonrío—.

—Gracias Lio.

—No es nada chiquita —Y sale de mí habitación, no puedo creer que me gané ésta lotería, Lionel, Lionel Scaloni ese hombre lo amo cómo mí otro papá, soy una afortunada, gracias mí Dios—.

•••

Me empiezo a despertar poco a poco al sentir que el lado izquierdo de mí cama empieza a hundirse.

—Lionel —Digo cómo puedo—.

—Lamento decirte que es Leandro Paredes.

—¿Qué haces aquí Lean?.

—¿No te puedo venir a ver acaso?.

—Es que no te quiero contagiar.

—Nada de eso Sofía, quedáte tranquila —Me toca la fiebre, no que digo la frente, estoy rara yá—. Estás hirviendo, ¿No tomaste nada?.

—Sí una pastilla —La nariz toda tapada mí voz debe de sonar rara—.

—Dejáme voy por agua y un pañito.

—Me da penita Lean, no te preocupes —Lo miro—.

—Nop, ahora me toca a mí —Sale de mí habitación para buscar me imagino lo que dijo, no tardo en sonreír cómo dirían los Argentinos, cómo una pelotuda—.

Al cabo del rato el entra en la habitación, con su agua en una taza más el pañito, empieza a humedecerlo y lo coloca en mí frente, en eso siento un escalofrío al sentir el agua tibia que para mí es agua con hielo y todo.

—¿Tenés frío? —Asiento a su pregunta—. La fiebre es interna, sí no pasa al rato tenés que bañarte con agua fría.

—No sí me estoy muriendo de frío con esta agua tibia en la frente y imagínate si me baño con agua fría —Suelta una risita—.

—Nada de eso Sofi.

—Lionel me dijo que iba a venir hasta acá, pero no ha llegado.

—Será porque le dije que yo iba a estar al pendiente de vos —Le dedico una sonrisa tierna—.

—Gracias.

—Siempre.

Tan rápido había pasado el día y yo parece que estuviera invernando, pero no sola eh, tengo a Lean a mí lado, bueno el está en el sofá, reviso el reloj cómo puedo son las ocho de la noche.

—Lean —Lo llamo con mí voz toda ronca—.

—¿Estás bien? —Se levanta de un brinco preocupado—.

—Sí, bueno con el malestar pero no pasa nada, son las ocho ¿No haz ido a comer? —Niega lo miro mal—. Lean tienes que ir.

—No te quiero dejar sola, además no tengo hambre.

Shooting Star | Leandro Paredes.Where stories live. Discover now