𝑬𝑳 𝑴𝑼𝑵𝑫𝑶 𝑫𝑬 𝑳𝑶𝑺 𝑹𝑶𝑻𝑼𝑵𝑫𝑶𝑺 𝑽𝑨𝑮𝑨𝑩𝑼𝑵𝑫𝑶𝑺

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Los rotundos son personas que les encantan las mechudas, de pelo ensortijado y pensamientos vagabundos, creo que es la reflexión que más me ha llamado la atención del crítico y comediante Jaime Garzón.

Hemos visto cómo las personas se han vuelto más esclavas, menos reflexivas y que cada vez más se hace presente la idea de una rutina monótona y las calles se llenan cada vez más de gente que camina sin sentido. Retomando las reflexiones dichas por el que desde siempre se le dijo el rotundo vagabundo.

A Garzón le encantaba decir que si te quejabas de la realidad que presenciamos, pero al mismo tiempo eres alguien que no lee, que no opina, que no lucha, que no se siente indignado por lo que ocurre en el país o al menos en su propia vida, pues realmente el verdadero problema de dicha realidad eres tú mismo y solo tú puedes darle un fin a tales acontecimientos.

A mi parecer siento que en términos esenciales y filosóficamente hablando, hace falta más vagabundos en el mundo, pues es raro encontrar personas que si bien pueden tener sus ocios y en algunos casos también sus vicios, son pocos los que saben disfrutarlos sin exceder sus libertades individuales ni respeten los límites de sus vicios con las comodidades del prójimo.

Es raro encontrar personas que se pregunten constantemente el porqué estamos aquí, se nos es común asumir las realidades que tenemos y que son vistas como futuros probables.

Pero nunca nos preguntamos el porqué de dichos futuros o el porqué de dicha realidad a la que nos asumimos ciegamente; cada vez más nos dejamos consumir por las tentaciones del mundo moderno y acomodado.

Nos parecemos mucho a un mundo distópico, pero al mismo tiempo estamos conscientes de que debemos seguir evolucionando, pero también ese miedo paradójico de mirar hacia atrás nos lleva a avanzar con pequeños pasos en puntillas.

Cada vez el conocimiento que se encontraba en un libro se pierde o simplemente otros escritores les arrancan el sentido por simple hecho de ser información incompleta, indeterminada o simplemente fantasía que dejó de ser divertida... Bueno, supongo que eso hace parte del progreso de nuestra propia especie.

A veces, cuando hago alguna comparativa con el pasado, siento que lo que más se puede acercar en aquellas épocas a lo que hace unos años Garzón llamaba como un "rotundo vagabundo" es lo que puede ser visto ahora como un trotamundos, de hecho se parecen hasta en el nombre.

Personas con sed de curiosidad; suficiente como para ser capaces de recorrer el mundo entero por conocer los secretos que se hallan detrás de antiguas culturas o incluso ante la novedad que se puede encontrar en los lugares con mayor progreso.

Todo mientras se preguntan cómo ¿Cómo es que hemos llegado a tanto? ¿Por qué hemos hecho las cosas de esta manera? ¿Será para esto para lo que estamos aquí?

Al final son preguntas que marcan a un vagabundo que camina no sin sentido, sino que camina preguntándose ¿Cuál sentido será el correcto?

Tal y como le imaginaba Garzón, personas conectadas profundamente con ellas, con lo natural que les puede ofrecer el mundo, no usa corbata, pierde tiempo entre la lectura, alguna que otra rumba y sobre todo, pensar que hace aquí

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Tal y como le imaginaba Garzón, personas conectadas profundamente con ellas, con lo natural que les puede ofrecer el mundo, no usa corbata, pierde tiempo entre la lectura, alguna que otra rumba y sobre todo, pensar que hace aquí. 

La carencia de contemplaciónOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz