𝑵𝑬𝑶-𝑽𝑰𝑺𝑰𝑶𝑵: 𝑳𝑶 𝑳𝑶𝑪𝑨𝑳 𝑫𝑬 𝑳𝑶 𝑼𝑵𝑰𝑽𝑬𝑹𝑺𝑨𝑳

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Debo admitir que me sorprende cómo las personas hoy en día son capaces de adoptar o adaptarse a una cultura de forma tan sencilla. A los ojos de muchos, simplemente significa que esas personas no son capaces de sentir arraigo por la tierra a la que pertenecen. Otros dirían que saben desenvolverse con mayor soltura en un ambiente que puede resultar ligeramente diferente o incluso, en algunos casos, completamente opuesto.

Esto me lleva al punto de preguntarme: ¿Qué tan malo puede ser esto? ¿Es realmente negativo hacerlo? Este punto de vista tiene muchos nombres. Para algunos es apropiación cultural, para otros tantos es simplemente el resultado de la corriente filosófica del estructuralismo, ya que todos somos el resultado de nuestra cultura. Es innegable que hasta cierto punto ambas tienen razón frente a este tema, sobre todo la del estructuralismo. Sin embargo, quiero que nos detengamos a comprender mejor lo que quiero decir con respecto a este tópico. De entrada, quiero decirte que YO, personalmente hablando, considero que debe haber un equilibrio entre las dos cosas.

Ahora mismo tengo una duda reciente rondando en mi mente. ¿Realmente, mientras menos sabes, eres más feliz? Es algo que siempre he escuchado a lo largo de mi vida. Según la opinión de quienes lo afirman, siempre recalcan que cuanto más sabes, también hay una enorme probabilidad de que sepas cosas malas, cosas que como ser humano preferirías no descubrir. Pues nadie entiende por qué las personas que conocen de política o de historia son las que más afirman que la raza humana es horrible y los actos que han cometido son aún peores. Pero no entienden esto en toda su pesada realidad hasta que lo aprenden, lo descubren o lo experimentan con sus propios ojos.

Todos hablan de lo bueno que puede ser médico y lo maravilloso que suena la idea de salvar a las personas. Pero el punto es que nadie los prepara para saber qué sentir o cómo reaccionar cuando una madre, con un llanto desconsolado, se acerca a ellos y les dice: "Me lo prometió, doctor. ¿Por qué mi hijo está muerto?". Nadie sabe lo perjudicial que puede ser para ellos mismos o para quienes los rodean que, siendo personas de la salud, sufran del síndrome o complejo de Dios, donde la persona se cree incapaz de cometer cualquier tipo de error. Ahora que lo pienso, todos hemos sido así en alguna rama del conocimiento y en algún momento de nuestra vida.

Todo el mundo habla de lo bueno que es tener dinero siendo asesor financiero, pero nadie está dispuesto a asumir el cruel dato negativo que dice que hay más personas que trabajan como asesores financieros. Personas que se suicidan por temor o por culpa de haber dejado a su cliente más importante en bancarrota o con una deuda de muchos millones. Y ni hablar cuando la persona a la que están asesorando se entera de que consiguió su dinero de formas no muy limpias que digamos, desde estafas hasta cosas como extorsiones o negocios de carácter ilícito.

Pero, en cierto punto, todos estamos destinados a enfrentarnos, desde muy jóvenes, con esa realidad cruda y poco agradable que tarde o temprano toca a nuestra puerta. El acto innegable de morir, de perecer, de estar consciente de que tu tiempo es finito y que es muy probable que después de lo que viviste no haya absolutamente nada. Puede que haya una especie de plano superior, pero te puedo decir que no será exactamente igual a lo que viste en la vida por la que estás leyendo este libro. A esa sí que no será igual por ningún sentido. Al final, todos tenemos que enfrentar el acto de no estar más, de ser seres con una vida finita y eso nos aterra, porque, sin importar todos los conocimientos que como especie hayamos desarrollado, no hemos podido crear un modelo de preparación para enfrentar la muerte, y mucho menos para poder hacerlo en paz.

Justamente me planteo ahora si realmente es bueno vivir siendo tan ignorante. Digo, si nuestra sociedad y su método de progreso se miden basándose en el poder y al conocimiento, entonces no habrá progreso a menos que se tenga una forma alternativa de llegar a la cima; tal como tener algún talento, como cantar o destacar en cualquier tipo de deporte. Teniendo en cuenta eso, es a lo que va mi duda presente con este tema. ¿Realmente es bueno desconocer tanto del mundo?

Voy a comenzar dando un contexto del sentido local, es decir, de una persona que conoce mucho de lo que ve a su alrededor, pero cuando le planteas cosas con lenguaje o temas o conceptos que solo puede conocer si los busca por un medio externo (redes sociales, televisión, entretenimiento que no sea nacional, etc.), se siente perdido. Justamente tengo un amigo que tiene este aspecto. Conoce todos los términos locales que se pueden conseguir en una ciudad cargada de tanta cultura urbana como lo es Medellín. Es amante de uno de los equipos más populares del territorio, si no es el más popular.

El asunto es que cuando hablo con él de temas diferentes, como las películas más populares que salieron en el cine, la música de un artista que no habla español o sobre noticias que están ocurriendo a nivel mundial, me dice que no sabe y me dice siempre lo mismo: "No, mano, yo no sé de eso y me pierdo cuando salís con esos términos tan de burgués". Pues a ver, no sé qué tan burgués, es decir, que las personas que están en conflicto al otro lado del mundo deberían firmar un armisticio para que así puedan llegar a una paz venidera en sus territorios, pero creo que se entiende mi punto. Las conversaciones con él se reducen a opinar sobre la última novela que salió en televisión. Confieso que detesto la televisión colombiana; por lo que a mí respecta, es un medio carente de gracia. Tengo que entender qué es lo que me trata de decir o cuando me pregunta sobre el último clásico de fútbol que se jugó en la ciudad.

Puede que te estés preguntando, ¿de qué sirve todo este contexto? Pues para que veas que mi punto nace a partir de esa propia experiencia de vida de mi amigo "ultra local". Cuando hablo con él o cuando en cierto punto lo llego a confrontar por no saber prácticamente nada de lo que ocurre alrededor de nuestro territorio y más allá, él no se siente culpable. De hecho, cuando me cuenta las cosas locales que le gustan, son cosas que le generan felicidad al contarlas. Y cuando lo escucho, realmente veo que es feliz con lo que vive. Quiero decir, sin sonar cruel o que llegué a sonar como que su estilo de vida sea malo, pero lo veo feliz en su vida repleta de información local y de completa ingenuidad universal.

Esta pregunta, acompañada con la forma de vida de mi compañero, me llevó a comprender mucho mejor esa afirmación de "La ignorancia es una dicha". Justamente fue cuando me comparé conmigo mismo y pensé: "Realmente comprendo muchas más cosas que él. Algunas de ellas hacen parte de esas cosas que, como seres humanos, no queremos saber. Pero no puedo decir que no soy feliz, porque sí lo soy".

Con todo esto llegué a la conclusión de que está bien comprender mejor lo que ocurre en nuestro mundo. Sin embargo, también debemos darle espacio a lo local. Como dicen en muchos lugares, tratar de tomar solo las cosas buenas que ambos lados de la vida nos pueden ofrecer. Tratar. Al final, cada uno de nosotros está en la plena libertad de decidir a qué lado de la vía nos queremos situar. Pero también considero que es bueno intentar de estar siempre lo más cerca posible de esa línea divisoria que separa lo local de lo universal.

Por ello, debes tener una neo-visión del mundo, es decir, una más perspectivista. Porque mientras más observamos, más comprendemos y más logramos empatizar con los demás. Llegando a tener una perspectiva mucho más que universal, una visión total. Donde sabemos tanto por medio de lo local como cómo esto se relaciona en perfecta armonía con lo universal y viceversa. Entendiendo así que realmente todo lo que compone ambos lados de las perspectivas son mucho más similares de lo que creemos que se diferencian. Ahí es donde decimos que solo hay dos lados de comprensión y de visión del mundo que nos rodea. Si le añadimos la capacidad perspectivista de asumir, entender, conocer y empatizar con todas las visiones de las personas con las que nos cruzamos en nuestra vida, podremos tener las herramientas necesarias para, tal vez, dar un progreso total para una universalidad que en relación con lo local, se halla completamente desconectada.

La carencia de contemplaciónWhere stories live. Discover now