𝑬𝑳 𝑽𝑨𝑳𝑶𝑹 𝑴𝑶𝑫𝑬𝑹𝑵𝑶 𝑫𝑬 𝑺𝑬𝑹 "𝑫𝑬𝑺𝑬𝑪𝑯𝑨𝑩𝑳𝑬"

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Es de gran valor el destacar que hemos evolucionado mucho como seres humanos a niveles generales de vida, pero a veces cuando uno observa diferentes cosas de la vida, uno termina dándose cuenta de que realmente no es tan cierto eso, a veces es mucho más fácil encontrar que somos seres conservadores y que aunque lo neguemos, vivimos apegados a las raíces, para ello quiero retomar el paralelismo que hice en el primer punto de este ensayo cuando dije que los países latinos e incluso algunas potencias se llegaban a parecer a la Italia del siglo XV, pues en este aspecto quiero detenerme en un aspecto que me llama la atención, y es el punto de lo que percibimos como lo que es desechable. 

Para que se entienda el punto al que quiero llegar, primero quiero aclararlo todo por medio de una anécdota. Resulta que hace ya un tiempo, mi madre me dijo que se había encontrado con un hombre en la calle y que se había puesto a hablar con él; aquel hombre tenía a todas luces tener pinta de ser de esas personas que no tienen hogar; que todo el tiempo están consumiendo alguna sustancia; y que en algunos casos ya se encuentran completamente locos. Pero él se acercó y empezó a hablar con mi madre con total naturalidad, pues en se encontraban opinando de otra persona sin hogar que se encontraba pasando por la acera contraria y ahí fue cuando, en un profundo resplandor de reflexión y lucidez de su vida, el hombre le dijo a mi madre. "Mi señora, en la vida hay tres tipos de personas, el que ubicamos como el gamín, el desechable y el habitante de calle. Yo soy un habitante de calle, pues si bien mantengo en la calle, no soy un consumidor de ninguna sustancia"

Esas palabras de aquella anécdota me llamaron la atención y por ello quiero traerlas con sus respectivas explicaciones y profundizaciones, anexado a lo que he percibido en mi propia reflexión, de lo que cada una de ellas significa junto con las palabras vago y vagabundo. 

Pues a ver, la persona que comprendemos como "el gamín" como le decimos coloquialmente aquí en Colombia, es la persona que los malos hábitos lo llevaron a tener una conducta negativa y destructiva, siendo capaces de acabar con relaciones, oportunidades y esperanzas de su proyecto de vida, son personas que previamente eran totalmente sanas y llenas de brillo, pero que algo en concreto; en la mayoría de los casos; una adicción a alguna sustancia o conducta, son las que se encargan de que esa persona lo pierda absolutamente todo, hasta el punto de perder incluso el valor simbólico de su propio nombre y solo ser llamado por algún apodo o por "el loquito" o por "el gamín".

El caso de las personas que son vistas como desechables, son las personas más complejas de todo este parámetro de definición, pues hay muchos desechables en la sociedad, regados en y deambulando por cada uno de los rincones de las ciudades del mundo, pero el asunto es, que no todos los desechables son personas que se encuentran en la soledad y en la miseria de la vida en la calle.

Es un asunto complejo, el de los desechables, porque hay varios niveles de ellos, son personas que caen en desgracia, sí, pero lo más aterrador del caso es que caen, pero por decisión propia en la mayoría de los casos; y lo sé; sé que es posible que pienses que "nadie completamente cuerdo elegiría vivir en la absoluta desgracia humana", pero entiende que las decisiones voluntarias tienen muchas formas de ser expresadas. Cuántas veces hemos cambiado un "No" por un "como tú quieras" o por un "tal vez", pues en este caso es lo mismo, son aquellas personas que no quieren estudiar, ni aprender, ni crecer, ni trabajar, ni nada, solo se dedican a darse a la buena vida hasta que simplemente tocan fondo. Lo llamativo está en el otro tipo de desechables.

Pues son personas con una percepción propia de desechables, es decir, el mundo no los ha tachado de desechables, son ellos mismo quienes a partir de su propia construcción mental, se perciben como personas desechables, personas que no valen la pena en ningún sentido aparente. Pues el no creerse capaces o merecedores de una vida mejor, los hace sentirse como fracasados y llegan en el peor de los casos a las decisiones más terribles que puede cometer un ser humano.

La carencia de contemplaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora