07.- Hambre

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

07- Hambre

Marinette se mostró un poco ansiosa cuando él dejó la cama improvisada sobre el escritorio. Luka entendió que prefería estar en un lugar más resguardado, descartó el cajón porque si alguien entraba en el cuarto y se lo encontraba abierto sería extraño. La dejó en la parte alta del armario y ella se acurrucó.

Era muy tarde para ponerse a ordenar ropa, la amontonó sobre la silla, dejándola bien estirada para que no se arrugase demasiado y, de paso, separando la ropa que Marinette había arreglado de la que no había llegado a tocar.

Luka se estiró en la cama y apagó la luz.

El barco se mecía con fuerza, no era el suave balanceo de la noche anterior, era lo suficientemente brusco como para que su cajita se deslizase de un lado a otro. El fogonazo de un relámpago iluminó la habitación, Marinette se sobresaltó y voló cuando el trueno rompió el silencio. Se quedó flotando sobre la cabeza de Luka que seguía durmiendo ajeno al mundo y sus peligros.

Le rugió el estómago, se lo frotó. Tenía hambre, mucha hambre. Ahora que lo pensaba no había comido nada desde el día anterior y había estado usando sus poderes. Tenía un hambre voraz. ¿Se enfadaría Luka si salía de la habitación para buscar comida? Esperaba que no. No quería despertarle.

Se coló por la rendija entreabierta de la puerta atenuando el brillo que la rodeaba al máximo sin que afectase a sus alas. El barco estaba a oscuras y en silencio. No conocía el espacio, pero esperaba que no le costase demasiado dar con el lugar en el que guardaba la comida. Dio con un espacio abierto, con muebles arriba y abajo y un tipo de cajas metálicas que zumbaban.

—¿Dónde está la comida? —preguntó molesta.

Sobre un aparador encontró un enorme cuenco con fruta. ¡Fruta! ¡Eso era comida! ¡No se moriría de hambre! Se lanzó sobre una brillante manzana roja y la mordisqueó con ansias. ¡Nada mejor que la fruta!

—No he dicho eso, no seas imbécil. —La voz se expandió por el espacio precediendo a la luz. Marinette se apresuró a esconderse entre la fruta, estaba en un lío—. Entiendo que no quieres presionarla, pero ella no va a menear el trasero por sí misma, necesita un empujoncito.

Asomándose entre la fruta reconoció a la mujer mamá que se había cambiado de ropa. La mujer se subió las gafas puente arriba empujándolas con el dedo índice.

—Ya lo sé. si no creyera que te importa estaríamos teniendo una conversación muy diferente y menos pacífica.

La mujer mamá parecía enfadada o frustrada o ambas cosas. Estaba hablando con el aire con un trasto extraño pegado a la oreja como el de Luka.

—Luka está bien. Él te necesitaba especialmente, pero necesita su tiempo. Se adapta con mucha más facilidad que su hermana. Eso no significa que sea como si siempre hubieses estado en su vida. Necesita acomodarse a todo esto.

»Te quiere. Los dos te quieren.

La mujer mamá suspiró, cerró los ojos y se recargó contra la pared.

—No creo que a tu novia le guste mucho que pases tanto rato hablando con tu ex. —La vio ponerse tensa, echarse hacia adelante y fruncir el ceño—. Que sí, que Penny es fantástica y blablablá. No hace falta que me lo digas siempre que sale en la conversación.

»Voy a colgar. Adiós.

Soltó el aparatoso misterioso sobre la mesa y bufó.

—Idiota.

La mujer mamá se marchó, la luz se apagó de nuevo. Marinette aguardó, oculta entre la fruta, esperando a oír a alguien más acercarse, pero no ocurrió, sólo se oían los truenos de la tormenta. Continuó con su labor de mordisquear la manzana. Necesitaba recuperar sus energías para poder usar su magia de manera eficaz. Cuando tuvo el estómago lleno volvió al cuarto, tenía ganas de explorar, pero no quería que Luka se enfadase con ella por haber salido sin avisarle.

Se acercó a él, seguía dormido. Ni los truenos ni el vaivén del barco parecían afectarle en absoluto, suponía que estaba tan acostumbrado a eso como lo estaba ella con los sonidos que rodeaban su hogar.

Su hogar.

¿La habrían echado en falta? Tal vez el árbol de la vida había preguntado por el hada holgazana que se escondía entre sus ramas soñando con ver mundo y conocer a seres humanos, la que se lamentaba por no haber dado aún con el hilo dorado que, en teoría, la aguardaba en algún lugar.

Se deslizó por el aire con suavidad hasta llegar a su cama improvisada. Seguro que en casa todos estarían bien, seguro que aún no se habían percatado de su ausencia. Sí, todo estaría bien. No pasaría nada por quedarse un poco más de tiempo por allí.

Cerró los ojos.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Hoy el hada Marinette se ha convertido en una ladrona de manzanas nocturna. Luka, deberías haber pensado en alimentar a la pobre hada del punto.
Mañana más.


Fictober 2023 - El hada y su humanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora